domingo, 7 de junio de 2020

LAS DOS FLORAS DE ARCIMBOLDO

Flora meretrix
La Fundación Juan March exhibió en Madrid, en 2014, dos pinturas renacentistas  extraordinarias: Flora, de 1589 y Flora meretrix, que se cree que fue pintada después de la anterior, en 1590, por el artista milanés Giuseppe Arcimboldo, uno de los pintores más originales que registra la historia. Las dos obras, que inicialmente pertenecieron al emperador Rodolfo II y después a la reina Cristina de Suecia, tras el saqueo de Praga de 1648, son hoy propiedad particular y nunca antes habían sido expuestas en público.  
La casta Flora
Su contemplación constituye un auténtico festín para los sentidos. Logran  atrapar magnéticamente la mirada del espectador y no soltarla hasta que este consigue localizar el último de los cientos de detalles que esconden, como si se tratara de un juego de búsqueda y descubrimiento. Estas dos obras, por sí solas,  entretienen tanto o más  que cualquier otra exposición repleta de cuadros. Son un  universo estético y simbólico en sí mismas y resulta un gran acierto haberlas confrontado, porque con ello puede rastrearse el significado completo del mito de Flora, procedente de la antigüedad clásica.

Cuenta Ovidio, en los  Fastos, que la naturaleza  era una combinación aburrida de los colores verdes y marrones de la tierra y la hierba hasta que el viento de primavera, Céfiro, secuestró a la ninfa Cloris, que exhalaba rosas por la boca al respirar. Al quedarse embarazada, la ninfa se transformó en la diosa Flora, símbolo de la fecundidad de la primavera, y de la concordia conyugal y familiar. Pero esa visión  de la mujer honesta, patrona de las novias y recién casadas,  se contrapone a otra imagen más sensual, la del amor pasional de la Flora meretriz. Esta tuvo su origen en una legendaria prostituta romana que, al morir, dejó su fortuna para que se celebrara un festival en su honor, las Floralia,  para festejar la sexualidad. Ambas imágenes antitéticas de Flora, de la feminidad de manera más general,  ya se habían fundido en la Edad Media. Las encontramos también la famosa Alegoría de la primavera de Botticelli en los Uffizi.

 Las diferencias entre los dos cuadros de Flora, obra de Arcimboldo, son muy evidentes: una representa a una casta matrona, la otra a una bellísima joven con un seno al descubierto que clava sus ojos en el espectador para seducirlo con sus encantos. La técnica es también diferente de manera apreciable, porque los elementos florales se utilizan de una forma mucho más sutil, suave y delicada la Flora meretrix , con el fin de producir un efecto de extremada sensualidad: la delicada piel de la ninfa, cubierta  de un brocado de finísimas flores de tonos nacarados, es algo verdaderamente inolvidable.
Hay un detalle diferencial más de gran  relevancia: en la Flora meretrix las hojas y flores, tomadas todas ellas directamente de la naturaleza, entretienen al hipnotizado espectador con los animales escondidos: insectos(mariposas, saltamontes, mariquitas, zapateros, una hormiga o un gusano), una lagartija, un caracol, los cabellos enrollados como patas de pulpo…Todos esos animales están asociados al mal, de manera que lo que pueden sugerir es la relación entre la belleza sensual y el pecado.Es muy curioso el detalle la de hormiga cerca de un delicado botón de camomila que simula el pezón de la ninfa. Nada es gratuito en este cuadro, pues remite a la historia de la princesa mirmidona  Eurimedusa y Zeus,  que se convirtió en hormiga para seducirla.

Las dos obras, con su desatado cromatismo, son una alegoría de la pintura. Recuerdan también la leyenda de los pintores Pausias de Sición y la talentosa Glycera, quien inventó en Grecia  la pintura de coronas de flores y rivalizó  con su amado, venciéndolo en la batalla artística entre ambos.

El pintor manierista Giuseppe Arcimboldo (1526-1593) es un  artista verdaderamente  singular.  Las obras que nos ha legado juegan con los sentidos del espectador, sorprendiéndolo con imágenes distintas según se fije la mirada  cerca o  lejos. En ese sentido, lo más próximo que podemos encontrar a su trabajo son las los enfoques gestalticos de Escher o algunas piezas de Dalí, como Gala contemplando el Mediterráneo que, a 20 metros, se transforma en un retrato de Abraham Lincoln.
Pero la especialidad de Arcimboldo fueron las  teste composte,  unas cabezas compuestas de elementos, generalmente de la naturaleza, que  combinaba entre sí para simular cabezas alegóricas con su busto. La idea se le había ocurrido a Leonardo y, de hecho, Arcimboldo es discípulo de seguidores suyos en Milán. Aunque el resultado de esa composición es siempre imaginativo, la finalidad de pintor era representar la realidad aunque de forma fantástica, y siempre los elementos componentes a  nivel micro presentan una relación asociativa de significado con el nivel macro. Así, por ejemplo, en la serie Las Estaciones o en Los Elementos, que pertenecieron al gran coleccionista  Felipe II,-lo que nos da idea de la importancia que este pintor tuvo en su época-, se utilizan productos hortofrutícolas de cada una de las épocas del año, y la fauna correspondiente a cada medio: el agua con animales marinos, y  la tierra con animales de caza.
La primavera
Destaca en este pintor su profundo estudio de la naturaleza, muy afín con la mirada científica del Renacimiento y de los intereses de sus patronos. Se ha  discutido mucho sentido de estas extravagantes composiciones de Arcimboldo.  Para algunos serían simples divertimentos lúdicos para disfrute cortesano. Recordemos que  Arcimboldo fue pintor de corte del Sacro Imperio Romano Germánico entre  1562 y 1587, primero en Viena con el emperador Maximiliano II  y después con Rodolfo II en Praga, donde este gran promotor de las artes y las ciencias trasladó la capital del imperio. Rodolfo II es un perfecto ejemplo de las contradicciones del Renacimiento, todavía a caballo entre la Edad Media y la modernidad. El emperador llenó la corte de magos, alquimistas y astrólogos pero también dio cobijo a científicos geniales como a Tycho Brahe o Johannes Kepler, a pensadores heterodoxos como a como Giordano Bruno y  a pintores raros como Arcimboldo. Como Leonardo en la corte de los Sforza en Milán, su principal encomienda era crear decorados o diseñar vestidos para las fiestas. Se ha dicho que Arcimboldo nunca podría compararse con el genio de Miguel Ángel, Leonardo o Rafael y, sin duda, ello es cierto. Este pintor, -al que el rey dejó en libertad para crear lo que le pareciera y lo colmó de honores y riquezas-, concentró todo su talento en crear un estilo personalísimo e inconfundible. Introdujo con su virtuosismo miniaturista  una reflexión filosófica sobre las paradojas  visuales, prolongando la crítica a la validez de las percepciones procedentes de los sentidos. 
El bibliotecario
Tenía una visión manierista del arte, deformando  o exagerando  elementos reales  con fines expresivos. Aunque su obra fue muy valorada e imitada por sus contemporáneos,   después de su muerte se hundió en el  olvido. Así permaneció  hasta la década de 1930, en la que fue recuperado con gran éxito como precursor de surrealistas y dadaístas. Desde entonces, su prestigio ha ido en aumento. Su visión de la pintura conecta de forma muy directa con la sensibilidad del público contemporáneo, amante bizarrías diversas y deseoso de rescatar figuras  injustamente olvidadas. Actualmente es muy apreciado como un representante de la apertura renacentista al estudio pictórico de la naturaleza.
Autorretrato de Arcimboldo
Fuentes consultadas:

“Giuseppe Arcimboldo: Dos pinturas de Flora”, con textos de Miguel Falomir, L. Roberts y P. Mitchell

6 comentarios:

  1. Felicidades por la inspirada entrada. El mundo de Arcimboldo es fascinante, como señalaba Barthes, por la cantidad de operaciones retóricas que plantea su lenguaje visual, si bien destaca principalmente la divergencia entre el sentido de detalle, y en sentido del conjunto.

    Es cierto que los surrealistas tomaron nota y se aplicaron esta ambivalencia visual como objetivo. En el cuadro de Dalí que citas aquí, del cual teníamos colgada una copia en el salón de casa, se da la representación simultánea de dos imágenes a la vez, la de Gala mirando al Mediterráneo y el rostro escondido, si bien ninguno de nosotros lo descubrió hasta que tu amiga Encarna, recién llegada de la playa y sin gafas, comentó de pasada cual Rompetechos, "¿por qué tenéis colgado ahí un retrato de Abraham Lincoln?".

    Una ceguera "a la Tiresias", iluminada, pues descubrió lo que ninguno habíamos intuido.

    La ambivalencia en las artes, así como las ilusiones ópticas, son también un tema central para el cine y especialmente para la animación. De hecho, es destacable es homenaje que Jan Svankmajer, "el alquimista de Praga", le dedica a Arcimboldo en la que es su obra más conocida, "Dimensiones del Diálogo", que dejo que descubráis por vosotros mismos:

    http://www.youtube.com/watch?v=v9eQqJEzY-Q

    Y aquí abajo hay una curiosa subversión del tema de "Flora", convertida en entradilla para la cadena MTV. Flora, la mujer vegetal, agoniza atada a una cama, incapaz de alcanzar el vaso de agua que podría salvarla:

    http://www.youtube.com/watch?v=np-kFkDLT7k

    Espero que os gusten,

    M

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  2. Me ha encantado!!! Encarna!!!! Como bien dices: qué festín para los sentidos!!! Es para pasarte el día mirándolos!!! Muchas gracias!!! Marisa

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  3. Arcimboldo es alucinante para verlo de cerca y poder ir a los detalles, tienes razón tal vez entretengan más dos cuadros que toda una exposición. En el último cuadro, "el bibliotecario," a mi ha ha venido a la cabeza un Picasso renacentista ¿..? M. Angeles Atienza

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  4. Muchísimas gracias por vuestras reflexiones. De Svankmajer, que cita María Lorenzo, un animador fundamental, hay una exposición ahora en Barcelona. Muy sugerentes los enlaces que propone y que, como siempre, enriquecen muchísimo la entrada, que no es más que un mero pretexto para repensar el manierismo y para conocer mejor la obra de este maravilloso y estrambótico pintor.

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  5. Mi amigo Jose Ignacio me ha enviado este comentario que incluye un estupendo enlace para darnos la ambientación musical que mejor acompaña a estas líneas. Gracias por leer y por ayudarme a hacerlo mejor.

    "Magnífico como siempre. Qué envidia me da tu elegante y eficaz forma de explicar y relatar las cosas! Muy curioso el personaje de Arcimboldo y muy curiosa la corte de Rodolfo II con Kepler y Bruno entre otros. No se te pasa una.

    También la música fue muy importante en la corte de Praga. Fue Fernando I, el hermano de Carlos V, el que fundó la primera capilla musical importante. Rodolfo II aumentó el tamaño de la orquesta y contrató músicos de primera fila, entre ellos, Philippe de Monte (quien compuso madrigales al estilo de la Musica reservata de Ferrara), Regnart y Jacobus Gallus. Una explicación de todo ello lo tienes en
    http://www.radio.cz/es/rubrica/legados/musica-en-la-praga-rodolfina"

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  6. He releído el texto sin recordar que ya lo había leído en su momento, y mentalmente iba tomando nota de las mismas ideas que hay en mi comentario de arriba.. Señor, ¿tan poco he cambiado en seis años?

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