sábado, 9 de mayo de 2015

JOAN CLARKE Y LA ASIMETRÍA SEXUAL EN EL MUNDO LABORAL


   Imagen de la película "The Imitation Game", de Morton Tyldum


       El 'doodle' de Google del 23 de junio de 2012 estaba dedicada a Alan Turing, el genio que sentó las bases lógicas y mecánicas para la construcción de ordenadores, abrió el campo de la Inteligencia Artificial, estableció los principios de la computación y ciertas aplicaciones a la biología  y tuvo un papel fundamental en la decodificación de los mensajes de los alemanes durante la II Guerra Mundial y la victoria de los aliados sobre ellos, y que fue duramente tratado en la Gran Bretaña de los años 50 por sus conductas homosexuales, aunque en 2013 la reina Isabel le concedió el perdón póstumo.

        En 2014 el director cinematográfico Morton Tyldum dirigió "The Imitation Game", donde se recrea la época en la que Turing trabajó en Bletchley Park, en el Hut construyendo la máquina electromecánica Bombe que consiguió decodificar los mensajes que los alemanes cifraban con sus máquinas Enigma. Turing contaba con un grupo de colaboradores, matemáticos y criptoanalistas, pero también con alguien difícil de clasificar, al menos desde el rígido y sexista sistema laboral de la época: Joan Clarke, excepcional matemática y criptoanalista que tuvo que ser inscrita como "lingüista" en su contrato - a pesar de no conocer ninguna otra lengua que su inglés nativo - para poder trabajar con Turing en el Hut 8.



     JOAN ELIZABETH CLARKE.



      Nacida en Londres el 24 de junio de 1917 y educada en el Dulwich High School for Girls. Estudió matemáticas en el Newham College de Cambridge, donde obtuvo mención de honor los dos primeros cursos del grado, así como en el tercero, que acabó con honores de primera, pero que no pudo conseguir el grado en Matemáticas por el hecho de ser mujer.

       Al estallar la II Guerra Mundial los alemanes ya tenían máquinas Enigma para cifrar sus mensajes, hecho que les dio una importante ventaja en los primeros tiempos de la contienda. Esta máquina había sido creada por Arthur Scherbius a finales de la I Guerra Mundial, y consiste en un mecanismos de rotores que permite  cifrar y descifrar mensajes con una amplia base combinatoria de símbolos. Las fuerzas armadas alemanas las usaban desde finales de los años 30. La inteligencia polaca había conseguido algunos ejemplares de Enigma, pero a pesar de su aparente simplicidad, el enorme número de combinaciones posibles de encriptación, y el cambio diario de clave por parte de los nazis supuso un reto difícil de afrontar por parte de los matemáticos que se enfrentaban a él, y a pesar de haber sido capaces de construir una máquina que simulaba el funcionamiento de dos Enigma en línea,el aumento de un rotor en las máquinas nazis, se vieron sobrepasados y optaron por confiar el material y el trabajo realizado a la Inteligencia británica. En Gran Bretaña se creó el GC&CS (British Government Code & Cypher School) en Bletchley Park, complejo al que se incorporó Turing en septiembre de 1939, y donde llegó Joan Clarke la primavera siguiente, reclutada a través de un concurso de crucigramas.




          En Bletchley Park Turing ideó una máquina que seguía la idea básica de los polacos: un simulador de varias máquinas Enigma trabajando en serie; así nació la Bombe en 1940. Turing diseñó tanto la parte mecánica como los procedimientos estadísticos para optimizar el uso de la máquina, los denominados "bamburismos". Con estas herramientas se conocieron fechas de ataques aéreos a Gran Bretaña, rutas de submarinos y navíos alemanes y contribuyó a la victoria en África contra Rommel y facilitó las operaciones militares de los aliados en el Oeste de Europa.

         Turing y sus colaboradores masculinos trabajaban en el Hut 8, y cuando llegó Joan Clarke a Bletchley Park, tuvo que ser contratada, pagada y alojada como secretaria, a pesar de ser la mejor criptoanalista y bamburista de todo el complejo. con este contrato inicial como secretaria ganaba 3 dólares semanales, aunque luego se encontró una forma de ascenderla y colocarle un escritorio junto al de Turing, y fue la de inscribirla como lingüista, ya que la burocracia británica carecía de protocolos que consideraran a una criptoanalista mujer. De facto, ella era la subdirectora del proyecto.
Su tarea fundamental era ayudar al trabajo de la máquina Bombe con los barbarismos, que usaban la probabilidad secuencial condicional  para hacer inferencias de las secuencias enviadas por Enigma. El mismo Hugh Alexander, que se consideraba a si mismo como el mejor bamburista, reconoció la extraordinaria capacidad y labor de Joan Clarke con esta herramienta. Todo el equipo reconoció su gran valía y la trataban como a un igual. Pero ella sentía que no podía llegar más lejos por el simple hecho de ser mujer.




        La cercanía con Turing y el carácter de ambos hizo que se cimentara una gran amistad, con un breve compromiso matrimonial en 1941, roto cuando el matemático le confesó su homosexualidad; la amistad continuó hasta la muerte de él en 1954.

         Turing y Clarke fueron distinguidos con la Orden del Imperio Británico, a pesar del secretísimo de las actividades desarrolladas en Bletchley Park y la necesidad de destruir las máquinas Bombe y la documentación allí generada.

          Tras la guerra, Joan Clarke continuó trabajando para el GCHQ (Governmet Communication Headquarters/Cuartel General de Comunicaciones del gobierno), un servicio de inteligencia de Reino Unido dedicado a la inteligencia de señales, cometido similar al de Bletchley Park, ahora enfocado al terrorismo y la seguridad de la información hasta su jubilación en 1977.

           También dirigió su inmenso talento a la numismática - una de sus aficiones junto al ajedrez, la botánica y tejer - , donde logró establecer las secuencias de las monedas Gold Unicorn y Groat Coins que circulaban en Escocia durante los reinados de Jaime III y Jaime IV, siendo premiada por parte de la Sociedad Numismática Británica con la Medalla de Oro Sandford.




        Murió en 1996 cerca de Londres, y todavía su figura y su trabajo sigue siendo bastante desconocido, dado el secretismo de sus actividades y que este se desarrollara en un ámbito considerado fundamentalmente masculino.


     ASIMETRÍA SEXUAL EN EL MUNDO LABORAL Y LA LUCHA POR LOS DERECHOS DE LAS MUJERES.

              Tanto la mente de Alan Turing como la de Joan Clarke fueron excepcionales a la hora de plantear nuevas fronteras de pensamiento o enfrentarse a problemas vitales en tiempo real, y el reconocimiento de la labor de ambos fue tardío, debido al carácter secreto de sus actividades en Bletchley Park. Pero el reconocimiento social de ambos no es el mismo, a pesar de sufrir ambos a causa de su sexo.

        En el caso de Turing, su incansable mente lo llevó a desarrollar una carrera brillante en el campo de la computación y la Inteligencia Artificial, con su famoso "test de Turing", ideado para poder distinguir si se habla con un robot o con un humano separados por un tabique y a través de un teclado; su investigación sobre el patrón de distribución de manchas en la piel de los mamíferos o investigaciones sobre la posibilidad de crear ordenadores cuánticos. Todos sus méritos académicos y su labor clave para la victoria de los aliados quedó oscurecida por sus prácticas homosexuales, confesadas por él mismo a Joan Clarke y a un policía cuando fue a denunciar un asalto en su casa. En los años 50 tales prácticas se tenían por una perversión, y por ello se acusó al matemático de indecencia grave, y fue castrado químicamente mediante la ingesta de estrógenos. En 1954 murió al morder una manzana envenenada con cianuro, suicidio según la versión más extendida, pero también compatible con un accidente causado por los productos que el genio utilizaba en sus experimentos. En 2009 el entonces Primer Ministro de Gran Bretaña, Gordon Brown, pidió perdón por la forma en la que se había tratado a Turing, y en 2013 la reina Isabel II le concedió el perdón póstumo. Pasó mucho tiempo hasta que se limpió totalmente su memoria, pero su actividad intelectual fue reconocida desde el principio, ya que tras la Guerra trabajó en el Laboratorio Nacional de Física en Londres para construir un ordenador ACE (Automatic Computer Machine) o la Universidad de Manchester posteriormente, donde volvió a coincidir con Max Newman y se dedicaron al diseño y construcción de ordenadores con fines científicos y no militares, con patrocinio inicial de la Royal Society.En todos estos casos, tenía su título universitario y un buen sueldo, sin que nadie cuestionase que pudiera conseguirlo y que  fuese un hombre soltero que vivía solo.



      El  caso de Joan Clarke es bien distinto, ya que ella no pudo conseguir el grado en matemáticas que le hubiera podido abrir muchas puertas laborales, no por falta de conocimientos y dedicación, sino por el simple hecho de haber nacido mujer. Por ello mismo estuvo mal pagada y su vida tras la guerra entró por la senda establecida para su sexo: un matrimonio convencional con un compañero de trabajo y una vida dedicada al trabajo y la vida casera, ya que no estaba bien visto que una mujer fuera soltera y viviera de forma independiente. Ni en la tierra que había visto surgir movimientos pioneros para luchar por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres.

         En 1792 se publicó en Gran Bretaña Vindicación de los Derechos de la Mujer , de Mary Wollstonecraft (1759-1797), donde defiende que la razón es igual en ambos sexos, y por ello, es necesario reivindicar la igualdad de derechos. En su escrito pide un cambio que ha de empezar por la educación de las mujeres. Habrá que esperar a 1848, año que supone un hito en la lucha por los derechos de las mujeres, ya que es el año de la Declaración de Seneca Falls (un artículo muy completo y documentado sobre este particular se encuentra en este mismo blog, en el enlace:http://mujeresparalahistoria.blogspot.com.es/search/label/Lucrecia%20Mott ) para ver la creación de la primera escuela de Educación Secundaria para mujeres, surgida de la necesidad de instruir a las gobernantas. Diez años más tarde se recomendó  la organización de un sistema nacional de enseñanza para las mujeres.

         En 1866 el filósofo John Stuart Mill presentó en la Cámara de los Comunes una petición a favor del voto femenino avalada por 1500 firmas de mujeres recogidas por la Society for the Employment, que fue rechazada. A raíz de este rechazo surgió el primer grupo sufragista: National Society for Women's Suffrage. En 1869 publica Mill The Subjection of Woman exponiendo sus ideas de individualizo liberal en el que es insostenible la desigualdad entre hombres y mujeres, ya que la libertad es un derecho individual y no una característica del sexo.

          Desde mediados del siglo XIX toman fuerza los movimientos obreros  y su lucha por la mejora de las condiciones laborales de mujeres y niños. A estas reivindicaciones se unen las de las mujeres de clase media a las que se les impide el acceso a estudios, profesiones y empleos. Con el cambio de siglo, a estas aspiraciones se une la de reivindicar el voto femenino, con el liderazgo de E. Pankhurst, que buscaba atraer a las mujeres obreras a la causa sufragista.


        Al comenzar la I Guerra Mundial, el rey Jorge pidió a las mujeres que trabajaran en los puestos que los hombres habían dejado desatendidos al ir al frente, y así lo hicieron ellas. Pero una consecuencia de ello fue que deseaban que no acabase la guerra y tener que volver a la rutina del hogar. El gobierno de Gran Bretaña, en 1917 y en reconocimiento a este trabajo, aprobó un acta en la que se reconocía el derecho de las mujeres mayores de 30 años a votar. Esta iniciativa fue aceptada por las feministas, pero la igualdad de edad electoral o llegó hasta 1928, con la Equal Franchisement Act, que reconoció la edad de voto para ambos sexos en 21 años.

           Diez días después de acabar la I Guerra Mundial, el 21 de noviembre de 1918, el Parlamento de Gran Bretaña promulgó el Acta de Cualificación de las mujeres, en virtud de la cual se permite a las mujeres ser elegidas como  miembros del Parlamento, aun a pesar de tener todavía  el derecho de voto restringido. Al año siguiente se promulgó un Acta que revocó la discriminación de la mujer en profesiones y universidades, aunque sin mucho efecto práctico - tal como se ha podido observar en el caso de Joan Clarke.No fue hasta 1970 cuando podemos encontrar un Acta del Parlamento que reconoce el derecho atener igual salario y condiciones laborales, pensiones y descansos entre ambos sexos, la "Equal Pay Act", impulsada por el deseo de Gran Bretaña de entrar en la Comunidad Europea. El Acta entró en vigor en diciembre de 1975.

         Sin embargo, a pesar de todas las luchas y logros conseguidos,todavía hoy el caso de Joan Clarke nos remite a la realidad de la escasa presencia de la mujer en puestos directivos o de responsabilidad política, y podemos seguir constatando que existe una brecha salarial entre hombres y mujeres, incluso en los países considerados más desarrollados y pioneros en el reconocimiento de los derechos de las mujeres.



  Imagen de la película "The Imitation Game", de Morton Tyldum.
         


     FUENTES BIBLIOGRÁFICAS CONSULTADAS:


-  Lahoz - Beltra, Rafael: Turing. La computación. Pensando en máquinas que piensan.
                                         Grandes Ideas de la Ciencia. RBA. Barcelona,2012.

http://mujeresparalahistoria.blogspot.com.es/2013/07/seneca-falls-la-rebelion-de-las-mujeres.html

http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2014/11/141111_reino_unido_joan_clarke_mujer_enigma_lv

http://www.bbc.com/news/technology-29840653

http://www.mayores.uji.es/proyectos/proyectos/elvotofemenino.pdf

http://en.wikipedia.org/wiki/Joan_Clarke

http://en.wikipedia.org/wiki/Banburismus

http://en.wikipedia.org/wiki/Alan_Turing

http://en.wikipedia.org/wiki/Equal_Pay_Act_1970

http://en.wikipedia.org/wiki/Sex_Discrimination_Act_1975.





     
         

8 comentarios:

  1. Estupenda entrada sobre este personaje tan poco conocido pero tan destacable. Otra pionera más en la sombra. Cuánto talento desperdiciado por culpa de los perjuicios sexistas. Me pregunto cómo se las arreglaban estas mujeres tan inteligentes para soportar el ninguneo a que las sometían.

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  2. Llevando el tema de los códigos en periodo bélico hacia los sujetos antropológicos, la película Windtalkers (2002) de John Woo, cuenta el hecho real de que los norteamericanos, desesperados por encontrar un lenguaje criptográfico que no pudiera ser descifrado por los japoneses, utilizaron como operadores de radio a indios navajos. Y, ciertamente, los nipones no fueron capaces de descifrar el lenguaje de los navajos.

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  3. Lourdes Lacalle ha hecho una aguda reflexión que copio aquí: Interesante y versátil mujer. Una vez más, una mujer consigue trabajar en lo que le gusta y domina porque los hombres no llegan. Qué cansancio...

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  4. Muchas gracias por todos los comentarios. El personaje es ciertamente interesante, pero casi pasa desapercibido en la historia; una de las razones de poner escenas de la película de Tyldum es la escasez de fotografías de la auténtica Joan Clarke.
    Al final iba a hacer un anexo sobre el tratamiento del tema en el cine y la literatura, pero seguro que hubiera tardado una eternidad con la documentación; sí repasé *Los crímenes de Oxfod* o *Crímenes Imperceptibles* de Guillermo Martínez, y la Sra. Eagleton bien podía ser un alter ego de Joan Clarke, ya que había trabajado desencriptando códigos nazis durante la II Guerra Mundial, había trabajado con Turing y le gustaba la botánica. Ahí os lanzo el reto por si alguien tiene algo que decir al respecto.

    Reitero las gracias por vuestra lectura y comentarios.

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  5. Felicidades por la entrada. No he visto la película que se menciona, que se intuye buena, aunque en 2003 sí vi la versión anterior de esta misma historia, "Enigma", que tenía a un trasunto (heterosexual) de Turing como protagonista. Kate Winslet, embarazadísima, hacía de "Joan Clarke". Hoy en día es curiosa de ver porque salía un actor de origen polaco por entonces totalmente desconocido: Nikolaj Coster-Waldau, nada menos que el Jamie Lannister de "Juego de tronos".

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  6. Hola, María. Encantada de "verte" por aquí. Precisamente un compañero del instituto me mencionó dicha película y otra llamada "Ex machina", más actual, pero como no las tengo a mano, ni tiempo para ello, decidí dejar el capítulo del cine aplazado sine die. Muchas gracias por leer con tu generosa mirada.

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  7. Magnífico artículo. También hace poco vi la película de Imitation Game y me sorprendió que se hablase de Alan Turing (que méritos tiene) pero no así de Clarke. La investigación me trajo hasta aquí.

    Es triste, ya no solo porque mentes tan privilegiadas sean ninguneadas y castigadas por su condición sexual, es que en general eso siga siendo aun hoy una realidad.

    Me guardo en 'favoritos' este blog para futuras lecturas.

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    1. Muchas gracias, Pedro, por tus elogios. La figura de Joan Clarke es magnífica y duele el ominoso silencio sobre ella, por otra parte, como el de tantas figuras femeninas en nuestra historia. No obstante, que haya gente como tú que siga buscando y difunda lo que encuentra es un motivo de alegría. Me complace que te guste la entrada y el blog en general.
      Un atento saludo

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