lunes, 13 de julio de 2020

LAS SANTAS DE ZURBARÁN. BELLAS Y MÁRTIRES

Santa Casilda (1640), con las rosas del milagro, Museo Thyssen de Madrid
Francisco de Zurbarán (1598-1664) es uno de los más conspicuos pintores del Siglo de Oro español. Amigo de Velázquez, con su ayuda llegó a ser pintor real. Tuvo un enorme éxito en América, de donde recibió numerosos e importantes encargos de la Iglesia y de la nobleza. Pero el género por el que es principalmente conocido es la pintura religiosa. Dentro de ella, me gustaría prestar atención a sus santas, unos cuadros de una belleza y modernidad extraordinarios, de los que pintó diecisiete. 

Santa Marina (1640-1650), con el garfio de su martirioMuseo Thyssen de Málaga
En ellos podemos contemplar a unas mártires siempre bellas y jóvenes, de expresión serena, luciendo lujosas y coloristas vestimentas. Zurbarán rehuía en estas pinturas la representación cruenta del sacrificio de las jóvenes vírgenes. Por el contrario, trataba de mostrar el sufrimiento de manera alegórica o indirecta, incorporando al cuadro el instrumento u objeto de las torturas, como la Santa Agueda, patrona de la nodrizas, que porta en una bandeja sus senos cortados. 


Santa Agueda (1630-1633), Museo Fabre, Montpellier

Era más un estudio psicológico del personaje, ahondando en su dignidad  ante el dolor y la injusticia de los hombres, y su capacidad para superarlo gracias a la ayuda divina. La belleza de estas santas, como en la teoría neoplatónica del Renacimiento, es un reflejo de la hermosura de sus almas.

Santa Isabel de Turingia (1635-1640), con la palma del martirio, Museo de Bellas Artes de Bilbao
Santa Margarita aparece representada como una elegante pastora. Quizá el pintor tomó la figura de los personajes que desfilaban en las procesiones del Corpus Christi, o de los autos sacramentales que se representaban en las corralas de Sevilla. 

Santa Margarita (1631), con el gancho de su tortura, National Gallery, Londres


Precisamente puede verse detrás de la santa a la Tarasca, un monstruo infernal que se presentó para tentarla y al que venció con su virtud. Se trata de un personaje presente aún hoy en las festividades del Cuerpo y la Sangre de Cristo. Podéis leer más acerca de este ser demoníaco en el siguiente enlace: http://anthropotopia.blogspot.com.es/2014/06/la-fiesta-del-corpus-christi-en.html

Santa Catalina de Alejandría. Museos de Bilbao y Sevilla
Un aspecto trascendental en estos cuadros es el tratamiento de los tejidos, en lo que Zurbarán se revela como un auténtico maestro. Conseguir dar volumen y sensación táctil a los suntuosos brocados, y hasta oir el crujido de la sedas, es decir, provocar sensaciones sinestésicas, era un reto de primera magnitud del que el pintor extremeño siempre salía airoso.Casi podemos sentir el aire entre los pliegues, y nos deslumbran los brillos de las pasamanerías. Pero estas fascinantes vestiduras no roban protagonismo al mensaje teológico sino que lo refuerzan con sus valores estéticos.

Santa Eufemia de Calcedonia, con la sierra con la que intentaron cortar su cuerpo. Palazzo Bianco, Génova.

Sus vestidos reflejaban una moda tan elaborada, seguramente inventada por su portentosa imaginación artística, que han conseguido despertar la atención de los diseñadores actuales. Coco Chanel lo consideró un auténtico precursor del diseño de moda.




En un diálogo modernidad- tradición, hasta se han realizado fotografías con modelos actuales que visten aquellos maravillosos vestidos barrocos.

Santa Rufina, con las cerámicas de la que es patrona. Galería Nacional de Irlanda
Santa Ursula, con la flecha que le disparó Atila. Palazzo Bianco, Génova
Santa Dorotea (1648). Las rosas y manzanas hacen alusión a las burlas blasfemas de su torturador Teófilo.  Museo BBAA de Sevilla
Santa Isabel de Portugal. Los alimentos que llevaba a escondidas a los pobres se transformaron en rosas
Santa Apolonia (1636), Louvre. En la mano derecha porta las tenazas con las que se le extrajeron los dientes

Actualmente el Museo Thyssen de Madrid exhibe una muestra de la pintura de Zurbarán, incluyendo tres de sus maravillosas santas: Santa Casilda, Santa Apolonia, Santa Marina.
Aquí teneéis el enlace para una visita virtual a esta extraordinaria exposición: http://www.museothyssen.org/microsites/exposiciones/2015/Zurbaran/vv/index.htm

Santa Catalina de Alejandría (1598),  Caravaggio, Museo Thyssen Madrid. Un modelo más que probable para las santas de Zurbarán, que tuvo una etapa caravaggista temprana

2 comentarios:

  1. Jose Ignacio me ha enviado un comentario muy ilustrado y de gran sensibilidad. Como él conoce mucho mejor que yo estos cuadros y a su autor, aporta un dato clave para entender ese prodigio textil: en la familia de Zurbarán había sastres. Eso y su inmenso talento pictórico lo explican todo.
    " Por supuesto que me encanta Zurbarán, además era paisano. Nació en Fuente de Cantos y vivió en Llerena. Después se trasladó a Sevilla. Tal vez por ello, los regidores de Sevilla explican en la visita turística del Ayuntamiento, donde hay varios cuadros de Zurbarán, que se trata de un pintor no andaluz de la escuela sevillana. Eso sí, después se quejan del chovinismo catalán.

    Las representaciones de santas son un prodigio en la calidad de las telas. Eso sí, hay que ver los originales. En Bellas Artes de Sevilla hay varios cuadros pero son copias del taller de Zurbarán y no tienen nada que ver con los originales. A mí la representación de la Virgen que más me gusta es una deliciosa estampa de la Virgen niña donde quiero adivinar como eran mis paisanitas del siglo XVII, es adorable y creo que está en el Hermitage.

    Una de las cosas singulares de Zurbarán son sus errores de perspectiva, te mando un ejemplo. Veras que el pilar decorado que hace de jamba de la puerta está orientado hacia el interior de la habitación dando espalda al monje. Sin embargo, al llegar al suelo se orienta hacia el umbral. Y no es este el único caso. Es sorprendente que alguien que es capaz de representar los tipos de telas con tal precisión (su familia eran sastres) cometa errores de principiante en las líneas básicas de perspectiva. Y, por supuesto, tiene un candor entrañable al representar la sencillez de sus personajes, especialmente los niños."

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