Hace unos días Ateneas dedicaba una entrada a charlar con
María Lorenzo. La propuesta era conocer mejor la personalidad de esta artista
polifacética y versátil a través de sus propias palabras. Pero esa semblanza
quedaría incompleta sin una visión, siquiera panorámica, de su trayectoria como
dibujante, pintora, animadora y miembro de la comunidad académica y, sobre
todo, sin revelar las líneas de fuerza que recorren sus cortometrajes y también
su producción teórica. Espero que estas reflexiones nos permitan explorar con
cierta profundidad su obra, para degustar aún más sus sorprendentes hallazgos.
AMAR EL ARTE
María Lorenzo Hernández nace en Alicante el 29 de octubre de
1977. Desde su más temprana infancia ya resultaba evidente aquello para lo que estaba especialmente dotada por
naturaleza: el dibujo, la pintura, el modelado, el diseño…Comienza sus estudios
artísticos en la Escuela Municipal de Dibujo y Pintura de Torrevieja, de la
mano del pintor alicantino Manuel Balaguer, hacia quien siente una deuda especial
de gratitud. Experimenta la técnica del óleo copiando incansablemente a los
grandes maestros, para desentrañar sus secretos: sobre todo Leonardo y Velázquez pero también Vermeer,
Ghirlandaio, John Singer Sargent, Sorolla…
Gracias a la frescura y originalidad de sus ideas, logra una
experiencia temprana de éxito en diversos concursos, entre los que yo
destacaría especialmente el Premio Rafael Penagos de Dibujo, el más prestigioso
a nivel nacional, en el que resulta seleccionada hasta en tres convocatorias
sucesivas, a pesar de su corta edad, signo indubitable de su precoz talento.