Esta entrada se divide en dos partes. En la primera el compositor y director de orquesta Armando Bernabeu Lorenzo ofrece una amplia semblanza de la vida y obra del genial compositor Enrique Granados, de cuya trágica desaparición se cumplen 100 años. En la segunda nos centraremos en la pasión goyesca del autor y en el papel central de las majas en su obra, abordando las peculiaridades de esta figura en su contexto histórico.
Por Armando Bernabeu Lorenzo
Enrique Granados y Campiña (Lleida, 27 julio 1867-Canal de La
Mancha, 24 marzo 1916) fue un pianista y compositor catalán, especialmente
conocido por su obra para piano “Goyescas”, posteriormente convertida en ópera
por el autor y estrenada con mucho éxito.
Granados, de padre militar, se trasladó al poco de nacer a
Santa Cruz de Tenerife. Allí pasó su infancia en un entorno paradisíaco de
colores exóticos y olor a azahar, que dejaron huella en la memoria del autor.
Por desgracia, su padre sufrió una aparatosa caída de su caballo y por ello la
familia se trasladó a Barcelona en 1874.
Allí, los padres de Enrique se dieron cuenta de que el
pequeño reaccionaba de una forma especial a los estímulos musicales y le
apuntaron con algunos profesores para que recibiera sus primeras clases de
solfeo. Progresaba rápidamente, ingresó en la “Escolania de Montserrat” y daba
clases con el maestro Jurnet, aprendiendo todo lo que pudo de él.
En este momento de esplendor del joven Enrique, un trágico
suceso hizo que cambiaran las cosas. Su padre falleció como consecuencia de las
complicaciones surgidas del accidente, y al ser uno de los hermanos mayores de
la familia, tuvo que hacer madurar rápidamente su sentido de la responsabilidad
y de la disciplina para sobreponerse y
poder llevarlo todo adelante.
Estudiaba hasta diez horas diarias las piezas que Jurnet le
enseñaba, daba conciertos a amigos y conocidos que querían escuchar sus dotes
de niño prodigio, y para seguir mejorando, su madre le apuntó a la “Academia
Pujol”, con el maestro Joan Baptista Pujol. De esta academia salieron también
músicos como Albéniz, Malalts y Vidiella.
Con quince años y animado a participar por su maestro,
Granados ganó un concurso de interpretación con la “Sonata en sol menor de
Schumann”. Además, tenía que trabajar como pianista en varios cafés de
Barcelona para poder sobrevivir y mantener a su familia.
Dos hechos importantes se dieron en esta época. Por un lado,
Granados era profesor particular de los hijos del empresario Eduardo Conde,
quien se convirtió en su mecenas. Por otro lado, comenzó a dar clases con Felip
Pedrell, la figura musical más importante de Catalunya en aquel entonces, quien
le enseñó armonía, contrapunto y composición y le introdujo al mundo sinfónico.
Conde se ofreció a financiar un viaje a París a Granados por
tiempo indefinido, para que pudiese entrar en el Conservatorio de la ciudad y
envolverse del ambiente parisino de vanguardia del momento. En París enfermó
gravemente, lo que le impidió matricularse en el conservatorio, pero dio clases
privadas con Charles Wilfrid de Beriot, maestro de Maurice Ravel y Ricard
Viñes. En esta etapa entabló amistad, entre otros, con el propio, Ravel, Fauré,
Debussy, Dukas, D’Indy y Saint-Saens. Además su actividad concertística aumenta
exponencialmente, al igual que su fama como intérprete.
Durante ese tiempo en París, de los 20 a los 23 años,
Granados evoluciona y asienta las bases de su técnica pianística y compositiva,
que se sitúa deliberadamente en el Romanticismo centroeuropeo reinante en los
últimos años pero con algunos toques melódicos nacionalistas, alejándose del
Impresionismo musical que se estaba gestando entonces en París.
Al regresar a Barcelona, Granados estrena obras en Barcelona
y Madrid, con éxito de público. Además conoce a Empar Galo Llobera, con quien
contrae matrimonio en 1893. Durante una temporada está ausente de los
escenarios, dedicándose por completo a su esposa, a sus seis hijos y a la
composición.
En el año 1900, en pleno auge del movimiento cultural
conocido como la “Renaixença” en Catalunya, Granados funda en Barcelona la
“Sociedad de Conciertos Clásicos” y la “Academia Granados”. De esta academia
surgirán figuras tales como Alicia de Larrocha, Rosa Sabater o Conchita Badía,
entre otras. También es cofundador y protector del Orfeó Català, junto con
Lluis Millet, Amadeo Vives y Francesc Pujol.
Tras estos años más dedicado a la docencia y a la
composición, llega en 1911 el estreno en el Palau de la Música Catalana de la
obra “Goyescas”, que finalmente comprendería siete impresiones para piano. Granados estaba maravillado con
Goya y su representación de la España de su tiempo, que el compositor trata de
reflejar en su obra.
En el año 1914 se estrena “Goyescas” en la Sala Pleyel de
París con mucho éxito. Por ello, la Ópera de París encargó a Granados que escribiera
una ópera. Granados empleó los materiales de la obra para piano, y de ahí nace
la ópera “Goyescas”, con libreto de Fernando Periquet.
Por desgracia, el estallido de la I Guerra Mundial frustró el
estreno de la ópera en París, pero gracias a Ernest Schelling, compositor
norteamericano y amigo de Granados, pudo programarse el estreno de la obra en
el programa de la temporada 1915-1916 de la Metropolitan Opera House.
Enrique y su esposa Empar zarparon en noviembre de 1915 rumbo
a Nueva York, a donde llegarían el 15 de diciembre. Allí se encontraron con el
violonchelista Pau Casals, quien ya había dirigido los ensayos principales de
la ópera, y ofrecieron un concierto de presentación en la Friends of Music
Society de la ciudad.
Granados incluyo antes del estreno de la ópera un interludio,
la que sería su última composición.
Finalmente, la ópera “Goyescas” fue estrenada el 26 de enero
de 1916, resultando ser un éxito por las ovaciones del público. No lo fue tanto
para la crítica asistente, además de resultar un desastre comercial. Sin
embargo, el compositor ganó mucha más fama y reconocimiento, hasta el punto de
ser invitado a la Casa Blanca por el presidente Wilson.
El 11 de marzo de 1916 el matrimonio zarpa de Nueva York con
rumbo a España. Desgraciadamente, en el último tramo de la travesía en el barco
“Sussex”, con bandera francesa, el buque es torpedeado por un submarino alemán.
Enrique y su esposa fallecen en el ataque, y sus cuerpos jamás fueron
localizados.
Días después de la tragedia se sucedieron homenajes en
memoria del compositor, entre los que destacó el que hizo Pau Casals en el
Metropolitan.
Enrique Granados se constituye como una de las piezas
fundamentales en la Historia de la Música catalana y española, destacando sus
virtudes como intérprete, pedagogo, fundador de sociedades musicales y compositor, vertebrando su estética musical en torno al
Romanticismo, al nacionalismo español y a la figura y el universo goyescos,
impregnándolos de su inteligencia, sensibilidad e intuición a la hora de
afrontar su discurso musical.
LAS MAJAS Y EL UNIVERSO GOYESCO EN GRANADOS
Por Encarna Lorenzo
Granados fue un artista polifacético que consiguió integrar en su
obra musical aspectos de otras artes como la poesía, la arquitectura
y, singularmente, la pintura. Durante su estancia en París
(1887-1889) comenzó a dibujar por influjo de la familia Miralles,
con la que le unía una buena amistad. Y resultó ser un dibujante y
un pintor muy dotado. Granados consideraba a Goya no sólo la figura
más representativa de nuestro arte pictórico sino la encarnación
misma de lo español. Estudiando su legado artístico llegó a tal
grado de identificación con Goya que se enamoró de aquel ambiente
castizo de majas y majos, de su sensualidad teñida de un profundo
sentido moral, de sus lances vitales en los que Eros y Tanatos, el
Amor y la Muerte, a menudo se daban la mano.
Goya, Majas y Manolas en un balcón |
Él mismo llegó a
pintarse como un personaje goyesco y trasladó ese universo
costumbrista a su música, devolviendo a la vida a los protagonistas
de los luminosos cartones para tapices del artista de Fuendetodos.
Fundamentalmente lo hizo en la suite para piano Goyescas, o
Los majos enamorados, que después transformaría en la célebre
ópera del mismo título. Pero también encontramos el universo
goyesco en las Tonadilllas, a las que pertenecen las sentidas
coplas de La maja dolorosa. La letra de esta pieza nos puede
dar una buena idea de la idiosincrasia que Granados atribuía de
aquellos tipos populares que trataba de recrear con sus melodías, el
vivo cromatismo de sus coloristas vestimentas, su ingenio, gracia y
ligereza pero también la profundidad de sus sentimientos, su nobleza
y elegancia naturales:
Lorenzo Tiepolo. Tipos populares españoles |
¡Oh, muerte cruel!
¿Por
qué tú a traición,
mi
majo arrebataste a mi pasión?
No
quiero vivir sin él,
¡
porque es morir, así vivir!
No
es posible ya sentir más dolor:
en
lágrimas desecha mi alma está (…)
De
aquel majo amante
que
fue mi gloria
guardo
anhelante dichosa memoria.
El
me adoraba vehemente y fiel
No
lloréis, ojuelos,
porque
no es razón
que
llore de celos
quien
mata de amor.
Pongo el enlace a un video en el que la incomparable Joyce DiDonato
interpreta esta pieza con gran maestría. La autora de esta parte del texto
tuvo la inmensa suerte de poder asistir a ese concierto en el Liceu
el pasado junio: https://www.youtube.com/watch?v=1NlxSfWpdT0
Goya, Majos de Madrid |
La
presencia de las majas se documenta por primera vez en 1760, y pronto
se las identifica como la quintaesencia de la mujer española, en
contraposición a la figura de los petimetres o afrancesados,
imitadores de lo extranjero. La tensión entre ambas figuras explica
muy bien el desgarramiento ideológico en nuestro país, divido entre
tipos populares anclados en lo que los liberales consideraban un
rancio pasado, y la traición a la identidad patria que el pueblo
llano achacaba a los aristócratas. Pero la línea divisoria entre el
estilo en el vestir y comportarse de unas clases y otras llegó a ser
ciertamente tenue en la segunda mitad del siglo XVIII. Por una parte,
las majas y majos madrileños tenían un porte elegante y buen gusto
en el vestir.
Goya. La vendimia |
Tal como aparece en los sainetes de Ramón de la Cruz,
el traje de majo consistía en una camisa blanca, fajín, chaleco o
chaquetilla corta abotonada y adornada con bordados, pañuelo al
cuello a juego con el fajín, y pantalón ajustado hasta debajo de
las rodillas, que deja ver las calzas o medias blancas. El pelo largo
lo llevaban recogido en una coleta sujeta con una redecilla negra
bordada, rematada por una borla y con un madroño en el extremo. La
capa española, la manta y diversas clases de tricornios, siendo el
más característico el sombrero apuntado, complementaban esa estampa
populista. Con el tiempo se consagraría como la vestimenta
característica de los toreros, el traje de luces.
L.Tiepolo. Tipos populares españoles |
Por
su parte, la maja vestía corpiño de un rico tejido, habitualmente
terciopelo, ajustado y muy escotado, y camisa de mangas de farol en
hombros y luego ajustadas al brazo. La falda de vuelo acampanada,
corta, igualmente podía ir bordada como el corpiño, y se acompañaba
de un mandil. Como el hombre, también podía recogerse el cabello en
una redecilla o adornarlo con gran sofisticación con cintas o lazos,
o bien lucía toquilla y peineta. Complementaba el conjunto el charco
mantón con el que se cubría parcialmente.
L.Tiepolo |
Se
dice que el nombre de los majos viene de la fiesta de origen pagano
de los Mayos en Lavapiés, llamada de Santiago el Verde, que se
celebraba el 1 de mayo para recibir alegremente la primavera con una
romería al sotillo extramuros ubicado en una isla del Manzanares, en
la que se encontraba la ermita de San Felipe y Santiago.
La
maja se consideraba como una mujer generosa, apasionada, orgullosa,
desenvuelta y de respuesta rápida como el rayo. En el Diccionario
de Autoridades de 1734 se indica que el majo es “el hombre que
afecta guapeza y valentía en las acciones o las palabras. Comúnmente
se llama así a los que viven en los arrabales de esta Corte”. Los
majos procedían del barrio de Maravillas, que corresponde hoy a
Malasaña. Eran carpinteros, zapateros, taberneros, alfareros y, más
tarde, dependientes de comercio.
Goya. Las majas y los embozados |
En el
siglo XVIII existían otros tipos populares próximos a los majos
como los chisperos, que vivían en los humildes caseríos de las
calles de Hortaleza y del Barquillo, actualmente en el distrito de
Chamberí. Deben su nombre al elevado número de herrerías que
existían en la zona en la que trabajaban estos jóvenes, quienes
tenían fama de pendencieros, aficionados al toreo y valientes, lo
que demostraron en su defensa de Madrid contra las tropas
napoleónicas. Muchos chisperos vivían en la famosa casa de Tócame
Roque.
Ante
la elegancia en el vestir de los majos, no es extraño que las clases
acomodadas acabaran imitando su indumentaria y no dudaran en acudir
vestidos de esa guisa a las divertidas fiestas populares en los
suburbios de Madrid, como es fama que lo hacía la 13ª duquesa de
Alba, María del Pilar Teresa Cayetana de Silva (1762-1802), musa
imperecedera de don Francisco. Ecos de esas escapadas populares de la
maja por excelencia se encuentran en el argumento de la ópera Goyescas,
una historia de pasión, celos y muerte articulada en torno a las
relaciones entre cuatro personajes. Una de las parejas, la de los
majos, está compuesta por Pepa y Paquiro, figura esta probablemente
inspirada en Martincho, un torero muy popular en la época de Goya.
De clase alta, en cambio, son Rosario y el capitán Fernando,
hipotéticos trasuntos de la duquesa de Alba y del joven Godoy.
Goya. La Duquesa de Alba |
Acto
I:
Madrid,
hacia 1800.Rosario es una bella dama de la alta sociedad que llega a
la pradera de San Isidro, en donde se está celebrando un animado
festejo a orillas del Manzanares, en busca de su amante Fernando,
oficial del ejército real. Como en el célebre cartón de Goya, majos y majas mantean a un pelele en medio de una gran diversión.
Goya. El pelele |
Llega
Paquiro, un galante matador, que piropea a las majas presentes, pero
cuando descubre a Rosario, que en otro tiempo fue su novia, rememora
con nostalgia aquel idilio. Seducido nuevamente por el encanto de la
aristócrata, le propone ir juntos al popular baile del Candil.
Fernando toma esa invitación como una ofensa contra él pero Rosario le
jura fidelidad eterna. Por su parte, la celosa Pepa, novia de
Paquiro, trama una venganza contra Rosario.
Goya. La pradera de San Isidro |
Goya. La gallina ciega |
Goya. La cometa |
Goya. Baile a orillas del Manzanares |
Intermezzo:
una pieza bellísima y celebérrima que Granados introdujo para
permitir el cambio de escenario entre actos.
https://www.youtube.com/watch?v=jq7enEABITE
Acto
II:
En el
local El Candil están bailando el atrevido fandango al son de una
guitarra cuando entran Rosario y Fernando, altivos y arrogantes,
provocando la ira del pueblo. Pepa se enfrenta a Rosario y al final
la tensión entre los rivales crece hasta tal punto que la dama se
desmaya. En ese momento Paquiro y Fernando aprovechan para concertar
un duelo sin que Rosario se entere.
Acto
III:
En el
frondoso jardín de su villa palaciega, un ruiseñor es testigo del
canto de amor de Rosario. https://www.youtube.com/watch?v=xCM79tha5IQ
La
pieza La maja y el ruiseñor está inspirada en la canción
popular Una tarde que me hallaba en mi jardín, y es quizá
una de las más hermosas de toda la obra.
Al
poco rato se presenta Paquiro a recordar a Fernando su cita con la
muerte. Aunque Rosario ignora el duelo, entra en sospechas ante la
repentina desaparición de Fernando. Sale tras él pero ya lo
encuentra agonizante, para morir finalmente en sus brazos.
Acompaño
el enlace para escuchar la ópera completa con María Bayo, Ramón
Vargas, Lola Casariago..., el Orfeón Donostiarra y la Orquesta
Sinfónica de Madrid, dirigidos por Ros Marbà:
https://www.youtube.com/watch?v=5Bagh9K8oag
En
este otro enlace se pueden escuchar las siete piezas de la Suite
Goyescas, interpretada brillantemente al piano por Rosa Torres-Pardo:
https://www.youtube.com/watch?v=CrVdnV02Maw
En
una carta a su amigo Joaquim Malats, Granados escribió: “Me
enamoré de la psicología de Goya, de su paleta, de él y de la
duquesa de Alba, de sus modelos, de sus pendencias, amores y
requiebros. Aquel blanco de las mejillas, contrastando con blondas y
terciopelo negro con alamares; aquellos cuerpos de cinturas
cimbreantes, manos de nácar y jazmín posadas sobre azabaches, me
han trastornado “.
Es
cierto, como Granados mismo dijo, que concentró toda su personalidad
en la obra Goyescas. Nos ofrendó en su música una sentida
evocación de una etapa del pasado español cuya ética y estética
el compositor, en el seno del amplio debate regeneracionista, quizá
contemplaba como una solución al desastre de 1898. Hoy nos queda
esta música divina que logra hermanar para siempre el inmenso
talento de Granados y Goya.
Fuentes
consultadas para Goyescas:
-
Chulapos y chulapas. Casticismo madrileño. José María Mediavilla.
Web . 20 de junio de 2016.
-Fiesta
de Santiago el Verde. Wikipedia. Web.9 de agosto de 2016.
-Goyescas.
Libreto. Teatro La Fenice. Web. 14-6-2016.
-Goyescas(ópera).
Wikipedia. Web.14-6-2016.
-Madrid
goyesco. Wikipedia. Web. 20 de junio de 2016.
-Majos,
chulapos, chisperos y sus tradiciones. Santiago Castaño. 4 de julio
de 2013. Web . 20 de junio de 2016.
-
Manolas y Manolos de Lavapiés. Web . 20 de junio de 2016.
-Manolo.
Tipos populares. Wikipedia. Web. 20 de junio de 2016.
-
Manolos, majos, chulapos y chisperos. Jose Manuel Cobo Lavin. 6 de
septiembre de 2015. Web. 20 de junio de 2016.
-
Tipos castizos. Wikipedia. Web . 20 de junio de 2016.
-Estudio
para las Suite Goyescas. Scholarship.org. Web. 6 de agosto de 2016.
Goya. El matador Pedro Romero |