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lunes, 8 de julio de 2013

LA LEYENDA DE LA GIOCONDA


La restauración de una copia de la Gioconda, conservada en los sótanos del Museo del Prado y cuyo valor artístico había sido menospreciado, ha revolucionado el mundo del arte, proporcionando nuevos datos que acrecientan aún más, si cabe, el misterio y la fascinación que rodean toda la obra de Leonardo (en este enlace podis ver un interesante video sobre el proceso de restauración:https://www.youtube.com/watch?v=0iffdvalbJI).
Hay constancia de que dicha copia ya se encontraba en el Real Alcázar desde, al menos, 1.666, y se supone que pudo ingresar en las colecciones reales bien como regalo, bien por haberla adquirido Velázquez en Italia para Felipe IV, como hizo con otros muchos lienzos.
Antes de ser restaurada, la copia exhibía un fondo completamente negro- en contraste con el escenario que figura en la Gioconda original-, que se repintó en la segunda mitad del siglo XVIII, presumiblemente para darle un aspecto más “leonardesco”, asimilándolo al enigmático San Juan o a otros  conocidos retratos como la Dama del Armiño o, tal vez, para ocultar que el paisaje del fondo estaba inacabado.
Tras la meticulosa restauración de la copia madrileña,  pudo verificarse que la madera de la tabla no era roble, como se había creído, detalle que había llevado a atribuirla erróneamente   a un copista holandés, sino de nogal, material que utilizaban los pintores toscanos en el siglo XVI. Igualmente ha salido a la luz el esplendoroso paisaje, evocador del norte de Italia, escondido bajo el fondo negro, que es casi igual al que luce el cuadro del Louvre. El resultado es verdaderamente sensacional, puesto que nos ha devuelto, a los espectadores del siglo XXI, una Gioconda  más juvenil, colorista, con detalles en el vestido y tocado que son prácticamente  imperceptibles en el envejecido original, debido a las capas acumuladas de barniz que amarillean la pintura y le confieren su característico craquelado (cuarteado). Pero, sobre todo, son los parecidos y diferencias entre ambos cuadros los que nos revelan datos insospechados hasta ahora para los historiadores del arte.