“Tuve la suerte de nacer con el lápiz en la mano. Para mí,
la ilustración es algo que se crea en la cabeza y, cuando llega a la punta de los
dedos, plasma lo que tienes dentro”.
Pasamos de una de las ilustradoras españolas más jóvenes a
una de las más veteranas, aunque siempre joven de mente y espíritu. Roser
Capdevila Valls nació en Barcelona en 1939. Ya interesada desde muy joven por
el dibujo, estudió en la Escola Massana de Bellas Artes. Durante 10 años se
dedicó a la docencia, actividad que marcaría su quehacer artístico posterior, y
que abandonó al casarse, como tuvieron que hacer la mayoría de las mujeres
trabajadoras de aquella época. Durante un tiempo esta mujer inquieta y emprendedora
se dedicó al diseño y la estampación textil
en una empresa familiar, actividad que dejó en 1980 para dedicarse de lleno a
los libros infantiles.