La obra El Color Púrpura proporcionó fama mundial a la escritora y activista por los derechos civiles de la gente de color Alice Walker, quien ganó el Pulitzer de ficción y el American Book Award con ella . Que Steven Spielberg la tomase como base para realizar una magnífica película no hizo más que realzarla (habrá una próxima entrada sobre la película en el blog Anthropocinema, realizada por Encarnación Lorenzo).
En esta tercera obra - y que hizo despegar su carrera literaria - Walker construye una historia de mujeres que sufren, de mujeres fuertes, de mujeres que crecen gracias al lenguaje y a la educación en todos los sentidos entre ellas, pero es la historia de mujeres negras, que viven en comunidades negras en unos años muy difíciles para las personas de color en los estados del sur de los Estados Unidos, con segregación de facto y de iure, con escasas oportunidades de acceder a la educación o a unos servicios públicos de la misma calidad de los que gozaban los blancos, pero que comienzan a luchar por el reconocimiento de esa igualdad. También trata de la imagen de África que comenzó a prender en el imaginario de los afroamericanos desde finales del siglo XIX y de las experiencias cruzadas entre ambas orillas del Atlántico. Es decir, estamos ante una obra "womanista" (término acuñado por la misma Walker), que trata de mujeres, del amor propio de cada mujer por si misma, de la preferencia de estar y actuar como mujeres, y del comportamiento propio de las niñas antes de entrar en las normas y estereotipos que la sociedad les impone. Estos aspectos serán tratados por Encarnación Lorenzo en una próxima entrada en este blog.Y también ante una novela epistolar, género gracias al cual hay también una experiencia de África por parte de Nettie, la hermana de la protagonista. Esta experiencia está encapsulada en la obra como un conjunto de colores y costumbres descritos en las cartas, y que crean un sentido incompleto de África.
Estos dos temas que articulan la novela son también los temas de la vida de Alice Walker, quien, nacida en Georgia en 1944, de unos padres granjeros en tierras pertenecientes a un terrateniente que pretendía que los hijos de sus aparceros negros comenzaran a trabajar la tierra a una edad temprana, no viendo la necesidad de que fueran al colegio. La madre de Alice se enfrentó a él, y mandó a sus hijos al colegio, a los cuatro años en el caso de Alice. La escuela era segregada entonces, y todavía faltaban años hasta que niños blancos y negros compartieran las aulas con cierta normalidad, no exenta de períodos duros.
Nettie tiene esa experiencia ambivalente de África y de su propia misión evangélica, ya que se desilusiona al encontrar a los africanos obstinados y centrados en sus propias creencias y modos de vida.Allí se casa con Samuel, y vuelve a América con los dos hijos de Celie, ya mayores, y Tashi, la joven Olinka enamorada de Adam y que se ha sometido a las escarificaciones, en un viaje de ida y vuelta y repensamiento de las relaciones entre las dos orillas del Atlántico ligadas para siempre al color negro y a la terrible institución de la esclavitud.
En esta tercera obra - y que hizo despegar su carrera literaria - Walker construye una historia de mujeres que sufren, de mujeres fuertes, de mujeres que crecen gracias al lenguaje y a la educación en todos los sentidos entre ellas, pero es la historia de mujeres negras, que viven en comunidades negras en unos años muy difíciles para las personas de color en los estados del sur de los Estados Unidos, con segregación de facto y de iure, con escasas oportunidades de acceder a la educación o a unos servicios públicos de la misma calidad de los que gozaban los blancos, pero que comienzan a luchar por el reconocimiento de esa igualdad. También trata de la imagen de África que comenzó a prender en el imaginario de los afroamericanos desde finales del siglo XIX y de las experiencias cruzadas entre ambas orillas del Atlántico. Es decir, estamos ante una obra "womanista" (término acuñado por la misma Walker), que trata de mujeres, del amor propio de cada mujer por si misma, de la preferencia de estar y actuar como mujeres, y del comportamiento propio de las niñas antes de entrar en las normas y estereotipos que la sociedad les impone. Estos aspectos serán tratados por Encarnación Lorenzo en una próxima entrada en este blog.Y también ante una novela epistolar, género gracias al cual hay también una experiencia de África por parte de Nettie, la hermana de la protagonista. Esta experiencia está encapsulada en la obra como un conjunto de colores y costumbres descritos en las cartas, y que crean un sentido incompleto de África.
Estos dos temas que articulan la novela son también los temas de la vida de Alice Walker, quien, nacida en Georgia en 1944, de unos padres granjeros en tierras pertenecientes a un terrateniente que pretendía que los hijos de sus aparceros negros comenzaran a trabajar la tierra a una edad temprana, no viendo la necesidad de que fueran al colegio. La madre de Alice se enfrentó a él, y mandó a sus hijos al colegio, a los cuatro años en el caso de Alice. La escuela era segregada entonces, y todavía faltaban años hasta que niños blancos y negros compartieran las aulas con cierta normalidad, no exenta de períodos duros.
Tras graduarse, y gracias a una beca, continuó sus estudios en colegio Spelman, de Atlanta, y luego al Sarah Lawrence College, en New York City. En este último, y como parte de sus estudios, estuvo unos meses en Uganda. Se graduó en 1965, el mismo año en el que publicó su primera obra. También en su época del Sarah Lawrence comenzó su activismo en defensa de los derechos de la gente de color, influida por uno de sus profesores, Howard Zinn. También influyó en su toma de conciencia el haber conocido a Martin Luther King en los primeros años 60, y Alice afirma que debe su decisión de volver al sur a trabajar por los derechos civiles de los negros. Al acabar, trabajó como profesora y en campañas de registro de voto de los negros del sur, campañas por el bienestar y programas infantiles en Mississippi. En 1967 se casó con el abogado Melvyn R. Leventhal, y se fueron a vivir al estado de Mississippi (Jackson), siendo la primera pareja multirracial en instalarse, y sufrieron presiones y amenazas, incluso del Ku Klux Klan.
En 1982 publicó El Color Púrpura, su gran éxito. En esta novela explora temas ya tratados en sus dos primeras, La tercera vida de Grange Copeland (1970), Meridiano (1976), la vida en pequeñas comunidades rurales del sur de los EEUU y las luchas por los derechos sociales, raciales y sexuales.
El Color Púrpura cuenta la lucha de varias mujeres negras en una de estas pequeñas comunidades a principios del siglo XX ( la novela se desarrolla aproximadamente entre 1900 y 1940), y fue tachada de perpetuar los viejos estereotipos racistas sobre patologías de comunidades negras, fundamentalmente de sus hombres. Esta crítica procede sobre todo de críticos afroamericanos, por los clichés masculinos que expresa la autora, pero es ampliamente alabada por la crítica feminista, pues relata la liberación de las mujeres negras por la conquista del lenguaje y las redes de amistad y ayuda trabadas entre ellas, con el lenguaje como pieza fundamental para conquistar la libertad interior con ayuda de las otras.
El Color Púrpura es una novela epistolar en la que Celie, violada, golpeada y vejada por su padre, carente de autoestima por ser considerada fea, escribe a Dios porque no tiene a nadie más que escribir, y le cuenta su triste historia, separada de los dos hijos que su padre vendió y de su hermana, alejada de ella por Mr.______, su marido, a quien le niega un nombre por su brutalidad y desconsideración con ella, y sobre todo, por negarle la compañía de Nettie y esconderle las cartas que ésta le escribía, y que hicieron a Celie pensar que su hermana estaba muerta. No quedaba nadie más que Dios a quien hablar, ya que en la casa de Mr._______ las únicas palabras que cruzaba con ella eran vejatorias u órdenes. Celie teme a los hombres porque estos la han castigado a lo largo de su vida por ser mujer, negra y fea. Será otra mujer, Shug Avery, cantante y amante de Mr.______, quien le de a Celie una nueva perspectiva: es mujer, fuerte y con capacidad para quererse y salir adelante por ella misma rompiendo el asfixiante mundo de abusos y malos tratos. Esta confianza se la da con el lenguaje y con su compañía; es la primera vez que Celie se siente querida y considerada. Y será ella quien la ayude a descubrir las cartas de Nettie que Mr.____ le ha escondido durante años; así Celie recupera a su hermana, que ha ido a África con unos misioneros y los niños de Celie que esta consideraba perdidos. Es por Nettie por quien tenemos la imagen de África de la novela que nos interesa analizar en esta entrada.
2.- AFRICANOS EN AMÉRICA.-
El encuentro entre África y Europa fue muy violento, y con graves consecuencias para África, primero por la sangría de gente joven y productiva, los llamados a sustituir a los ancianos y continuar modos de vida que no sabemos qué desarrollo hubieran seguido, ya que más de 25 millones de ellos fueron llevados durante tres siglos a trabajar para desarrollar América y enriquecer a Europa, y cuando hubo terminado este despreciable comercio, se encontraron con que su continente se había convertido en un inmenso granero para la codicia de compañías comerciales que agotaban sus riquezas naturales sin contar con sus habitantes.
El comercio africano de esclavos comenzó cuando España estableció su imperio colonial en el Nuevo Mundo, y se encontró con que la población indígena había sido diezmada por las masacres y las enfermedades que trajeron los conquistadores, contra las que sus organismos carecían de anticuerpos. El primer grupo de esclavos llegó en 1510 para trabajar en las minas y las plantaciones. Desde la segunda mitad del siglo XVI que comenzó a desarrollarse el capitalismo europeo y una activa política colonial por parte de Gran Bretaña y Holanda, Francia, España y Portugal fueron perdiendo gradualmente su hegemonía en África y América. A mediados del siglo XVII la economía colonial estaba bien asentada, y el empleo masivo de mano de obra esclava era un pilar básico.
Los primeros africanos de los que se tiene constancia en la Norteamérica Británica llegaron a Virginia en 1629, y eran trabajadores con contrato por unos siete años, al final de los cuales se pendían considerar hombres libres y contarían con una cantidad de dinero para comenzar su propia vida y sus hijos no serían considerados sirvientes. Pero mientras duraba el contrato, no tenían paga y podían ser comprados, vendidos, prestados y golpeados. Una vez libres, podían explotar sus propias cosechas y ganado y casarse libremente entre ellos e incluso con los británicos - cosa excepcional.
No fue hasta 1625 cuando comenzó la esclavitud fundada en la raza, y en esta fecha fue la Dutch West India Company la que importó esclavos africanos a Nueva Amsterdam (Nueva York hoy). En 1641 Massachusetts se convirtió en la primera colonia que reconoció legalmente la esclavitud, y en 1662 Virginia aprobó una ley conocida como partus sequitur ventrum, en virtud de la cual los hijos de las mujeres esclavas, heredaban el estatus de la madre, y no del padre. En 1699, se consideraba esclavo a cualquier descendiente de africanos que se encontrara en la colonia. Alrededor de 1775, los africanos suponían el 20% de la población de las colonias, y estos africanos, tanto esclavos como libres ayudaron a conseguir la independencia de las colonias de Gran Bretaña durante la Revolución Americana, luchando codo con codo, pero la esclavitud continuó como uno de los más enquistados problemas en la redacción de la Constitución de los Estados Unidos, y uno de las más importantes cuestiones políticas antes de la Guerra Civil. En 1863, durante la contienda, Abraham Lincoln firmó la Proclamación de Emancipación, que declaraba libres a todos los esclavos del territorio confederado, pero continuó de hecho hasta la promulgación de la 13ª Enmienda (1865).Posteriormente se les concedió la ciudadanía y el derecho a voto.
Estos avances constitucionales fueron implementados en los estados del Sur desde 1865 a 1877, mientras se mantuvo la presencia del ejército de la Unión, y el tiempo que duró la Reconstrucción. Pero una vez que las tropas abandonaron las tierras sueñas, sus habitantes no aceptaron de buen grado el nuevo status de sus antiguos esclavos, y promulgaron las conocidas como "Leyes de Jim Crow", en virtud de las cuales se les negaban derechos sociales, económicos y políticos a los negros, y se vivió una época de "apartheid" y segregación en todos los ámbitos de la vida pública.
Encarnación Lorenzo hace un interesante análisis de la película Gigante en el siguiente enlace, donde resume los hechos más importantes en el comienzo de la lucha por los derechos civiles de los afroamericanos desde 1909 y la fundación de la National Association for the Advancement of Colored People (NAACP), en lucha contra esta doctrina de "separados pero iguales" desarrollada al amparo de sentencias tales como la Plesey vs. Ferguson (1869).http://anthropotopia.blogspot.com.es/2015/11/una-decada-de-gigantesgrandes-figuras.html.
Mientras en el sur vivían la mayoría de los negros de Estados unidos, con estas leyes segregacionistas, en el Norte, la población de color era menor, no había segregación de jure,pero sí la había de facto, es decir, mantenían la desigualdad por medios informales, empujando a la gente de color a vivir en ghettos como Harlem. Pero en la década de 1920, la gente comienza a luchar por sus derechos, algunos pidiendo la integración en el país donde residían, y otros - como Marcus Garvey - promoviendo la vuelta a África, a la patria perdida, al Heimat. Esta época se conoce como el PRIMER RENACIMIENTO NEGRO, O EL RENACIMIENTO DE HARLEM, y que según Bigsby en The Second Black Renaissance (1980), fue una "breve y poderosa explosión de cultura negra que posicionó al Negro, durante un tiempo, en el corazón de un mito nacional y dramatizó una imagen alternativa a la que la sociedad americana ofrecía como propia de la vida negra". Con este movimiento comienza también la literatura negra, que luchará por encontrar un lugar propio dentro del canon literario hecho de blancos. El SEGUNDO RENACIMIENTO NEGRO comienza en literatura con Los hijos del Tío Tom (1938), de Richard Wright, y que llevará a una enorme aparición de escritores negros a partir de 1940.
3.- TRAS LA ABOLICIÓN DE LA ESCLAVITUD: SOÑAR CON ÁFRICA DESDE AMÉRICA.-
Con la abolición de la esclavitud, la situación de África no mejoró en absoluto. Las potencias europeas, antaño esclavistas, vieron ahora la oportunidad de implantarse en África y extraer las materias primas que había en abundancia ( oro, diamantes, cacao, aceite de palma...), empleando como mano de obra a los esclavos que habían quedado sin vender por la abolición del comercio.
En este clima de intereses económicos y ambiciones políticas, se celebra la Conferencia de Berlín (1884-1885) en la que, bajo pretextos humanitarios, antiesclavistas y "civilizadores", abrió el continente al comercio.Comenzó así, y hasta 1904, la ocupación territorial, dejando un mosaico de territorios bajo gobierno europeo que acabaron con las estructuras autóctonas de asentamiento, explotación económica y donde se impusieron las instituciones de los países colonizadores ( Indirect Rule en los territorios administrados por Gran Bretaña y Asimilación en los de Francia. Ver el artículo de este blog: http://anthropotopia.blogspot.com.es/2013/03/malinowski-y-africa-indirect-rule-y.html)
Las colonias inglesas ganaron su independencia por la progresiva africanización de las estructuras de poder impuestas por la metrópoli (Consejos legislativo y ejecutivo). Esto sucede tras la II Guerra Mundial, pero ya desde los años 20 (coincidiendo con el Renamiento Negro en EEUU ) se comienza a luchar por la independencia, y surgen el Nacionalismo Africano y el Panafricanismo, que se consolida en los años 60, al mismo tiempo que muchas colonias alcanzan la independencia política. Esta África independiente se enfrenta a una necesidad de identidad que se debate entre los fundamentos tradicionales y las aspiraciones de modernidad, que los enfrentaban a numerosos problemas, culturales, socioeconómicos y neocoloniales, ya que seguían dependiendo económicamente de las potencias coloniales.
Desde finales del siglo XIX había en África una resistencia a la ocupación europea por parte de las élites ilustradas de África occidental, como los "saros" de Nigeria y los "creoles" de Freetown (descendientes de esclavos liberados por la marina británica en Sierra Leona), que tenían formación europea, y eran rechazados tanto por sus compatriotas - los consideraban europeos - y por los colonizadores - que los categorizaban como indígenas. Esta situación de no pertenencia los lleva a reexaminar el estilo de vida europeo y, de ello, surge el Nacionalismo Cultural, caracterizado por una conciencia africana y un renacimiento del interés por la cultura tradicional que los llevó a vestirse al modo africano, destacar los logros de su arte e interesarse por su religión e historia, y crear escuelas donde se enseñase la lengua nativa. Este germen culminaría con los denominados "poetas de la negritud" y la personalidad africana.
Respecto a los afroamericanos, como carecían de territorio geopolítico propio, buscaron más bien formar un "frente racial" que encajaba bien con la idea de movimiento pannegro de Du Bois. Estos negros vivían en ciudades , y la idea de regresar a África se les hacía cada vez más extraña, por lo que su lucha cristalizó más en la formación de "un frente de emancipación del individuo de color" (Du Bois).La pannegritud de Du Bois comenzó como un integracionismo que buscaba que el negro fuese aceptado, reclamando instituciones igualitarias y multirraciales. Más tarde se inclinaría por el Panafricanismo, que nació con Silvestre Williams y el propio Du Bois, con la proclama de que " el problema del siglo XX es el color", y la propuesta de crear en el Congo un gran estado negro.
El poeta Aimé Césaire inventó el término "negritud", popularizado por Senghor, quien lo dotó de definición y rasgos propios, buscando los rasgos distintivos de la cultura negra y la base del renacimiento negro: "la esencia negra", como lo diferente y distintivo, el simple reconocimiento de ser negro, de aceptar el hecho y el destino común por serlo. a este concepto opondría Fanon el de "conciencia nacional", y Nkrumah el de "personalidad africana".
El denominador común de todos estos conceptos es el propósito de liberar al africano y restaurar su identidad y creatividad, movilizando al pueblo negro contra el colonialismo.
4.- LA NOVELA: CARTAS DESDE LAS DOS ORILLAS DEL ATLÁNTICO.-
Anteriormente hemos citado a Frantz Fanon. Este intelectual, con su obra Los Condenados de la Tierra (1961), se invoca como el origen de la crítica poscolonial que se desarrollaría intensamente desde los años 90, y que presta atención a la novela de Alice Walker que nos ocupa. Fanon afirma que el primer paso para que la gente "colonizada" encuentre su voz e identidad es reclamar su propio pasado. La colonización europea durante siglos estableció que las culturas a las que llegaban eran precivilizadas, devaluadas, y que los niños de cualquier raza debían ser educados en la visión de que la historia, el progreso y la cultura, comenzaba con la llegada de los europeos. Así, el primer paso de la perspectiva poscolonial es reclamar un pasado propio, para posteriormente desarmar la ideología poscolonial que devaluaba tal pasado. Cuando Chinua Achebe publicó Things fall apart en 1958, fue criticado por tomar el punto de vista de un africano sin estudios, cuando él mismo había pasado por la universidad. Esta es una muestra de un importante aspecto de la literatura poscolonial: una identidad híbrida, doble, inestable.
Algo similar sucede con El Color Púrpura, obra analizada desde esta perspectiva poscolonial y desde los estudios de género: se critica su creación de personajes "tipo", no identidades reales de los negros o de las mujeres; las mujeres critican que Celie acaba teniendo éxito en el mundo de los hombres - blancos - y aceptando sus categorías; desde la perspectiva poscolonial, el retrato de los hombres en las comunidades rurales negras del sur de los Estados Unidos es un cliché exagerado de violencia y malos tratos, y la imagen de África que se da en la obra, mediante las cartas de su hermana Nettie, unas pinceladas y un pastiche de ideas estereotipadas y unificadoras de la diversidad cultural africana.
Walker usa el género epistolar para tener libertad suficiente para moverse en el espacio y el tiempo haciéndonos cambiar de marco de referencia según la autora de las misivas; también le sirve para sacar a la luz pensamientos y sentimientos. Las cartas comienzan cuando Celie cree haber perdido a su hermana por la brutalidad de su marido; comienza escribiendo a Dios, pues piensa que nadie más va a tenerla en cuenta. Su hermana, sin embargo, ha sido capaz de viajar a África con un matrimonio de misioneros, padres adoptivos de sus sobrinos, los hijos que Celie no sabe que siguen vivos. El brutal Mr.____, marido de Celie, le esconde las cartas durante años, y cuando ésta las descubre y las lee, no sólo encuentra a su hermana sino también a la larga tradición de africanos en América. Pero la imagen de África que remite Nettie no es ideal, sino que está elaborada con luces y sombras, y describe bien el choque cultural que se produce en los afroamericanos, acostumbrados a unos modos de vida y costumbres diferentes.
El lugar de África del que habla Nettie debe ser Liberia, la república que comenzó como un asentamiento de la American Colonization Society (ACS) en la Costa de la Pimienta, en la costa oeste africana para relocalizar a muchos de los esclavos americanos declarados libres tras la Guerra Civil, ya que comenzaron a poblar los Estados Unidos, y no eran vistos con buenos ojos para ser vecinos en igualdad de condiciones en las ciudades americanas; por ello, prefirieron crear un estado separado para ellos. En este país no existe - ni en ningún otro - la tribu Olinka de la que se habla en la novela, adoradores de las palmas de los techos y practicantes de la circuncisión masculina y femenina y las escarificaciones faciales como ritos de paso. Pero sí hay muchas tribus africanas que practican esos ritos con distintos significados. La circuncisión masculina está extendida como el rito de paso hacia la vida de cazadores o adultos, y suele ser motivo de una ceremonia de toda la tribu, con rituales estereotipados. Sin embargo, la circuncisión femenina, no está tan extendida, y desde luego, no es un ritual de la misma entidad social que la masculina; se suele realizar dentro de la familia, o varias jóvenes emparentadas, como una forma de realzar el valor de la joven de cara a su matrimonio. Otro tanto se puede decir de las escarificaciones: en muchos casos son las marcas del precio de la novia que el novio va pagando con trabajo para su familia a lo largo de varios años. La variedad de prácticas es muy amplia, y es lógico pensar que en una novela no se va a hacer un tratado completo de Antropología Simbólica, y es importante destacar que la autora se centra en el choque cultural en ambas direcciones: los vestidos y costumbres americanas que llevan los misioneros hacen tambalearse la identidad de los Olinkas, como se ve en Tashi, que acabará escarificándose como afirmación de su africanidad, y de los americanos que encuentran el tranquilo modo de vida de los Olinkas como un estado de naturaleza al que les ha sido dado volver.
Nettie tiene esa experiencia ambivalente de África y de su propia misión evangélica, ya que se desilusiona al encontrar a los africanos obstinados y centrados en sus propias creencias y modos de vida.Allí se casa con Samuel, y vuelve a América con los dos hijos de Celie, ya mayores, y Tashi, la joven Olinka enamorada de Adam y que se ha sometido a las escarificaciones, en un viaje de ida y vuelta y repensamiento de las relaciones entre las dos orillas del Atlántico ligadas para siempre al color negro y a la terrible institución de la esclavitud.
FUENTES CONSULTADAS:
Walker, Alice: El Color Púrpura. Círculo de Lectores. Barcelona, 1985.
Fernández Moreno, N.: Antropología y Colonialismo en África Subsahariana. CERA. Madrid, 2009.
Goodman, Lizbeth (ed): Literature and Gender. Rouletge. London, 1996.
Mauk, D. y Oakland, J.:American Civilization.An Introduction. Rouletge. New York, 2014. Printed (6th edition).
http://anthropotopia.blogspot.com.es/2015/11/una-decada-de-gigantesgrandes-figuras.html
http://05racismo.blogspot.com.es/2009/04/126-la-segregacion-racial-de-los-negros.html
http://www.georgiaencyclopedia.org/articles/arts-culture/alice-walker-b-1944
https://en.wikipedia.org/wiki/William_Tubman
https://en.wikipedia.org/wiki/African_Americans
https://en.wikipedia.org/wiki/Liberia
https://es.wikipedia.org/wiki/Alice_Walker
https://en.wikipedia.org/wiki/Uganda
Walker, Alice: El Color Púrpura. Círculo de Lectores. Barcelona, 1985.
Fernández Moreno, N.: Antropología y Colonialismo en África Subsahariana. CERA. Madrid, 2009.
Goodman, Lizbeth (ed): Literature and Gender. Rouletge. London, 1996.
Mauk, D. y Oakland, J.:American Civilization.An Introduction. Rouletge. New York, 2014. Printed (6th edition).
http://anthropotopia.blogspot.com.es/2015/11/una-decada-de-gigantesgrandes-figuras.html
http://05racismo.blogspot.com.es/2009/04/126-la-segregacion-racial-de-los-negros.html
http://www.georgiaencyclopedia.org/articles/arts-culture/alice-walker-b-1944
https://en.wikipedia.org/wiki/William_Tubman
https://en.wikipedia.org/wiki/African_Americans
https://en.wikipedia.org/wiki/Liberia
https://es.wikipedia.org/wiki/Alice_Walker
https://en.wikipedia.org/wiki/Uganda
NOTA: Esta entrada fue inicialmente publicada en el blog Tinieblas en el corazón. Pensar la Antropología, pero pensamos que el tema encaja perfectamente en la orientación de este blog.
Muy buena reseña de una escritora magnífica
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