En la web PRINCIPIA, que lleva como subtítulo el filosófico desideratum "Una sola cultura", Patricia Rodríguez ha publicado una excelente síntesis de la aportación de Eleanor Ormerod al fascinante campo de la Entomología.
Al final de su artículo recapitula los aportes de la naturalista británica:
1. Abordó el estudio de los insectos desde un punto de vista económico.
2. Trabajó "en red" manteniendo correspondencia con entomólogos y naturalistas de todo el mundo.
3. Siempre compartió generosamente sus conocimientos con agricultores y ganaderos.
4. Prestaba mucha atención a las experiencias y estudios de otros, desde el mayor terrateniente hasta el más humilde de los pastores. Y siempre citaba la fuente de sus descubrimientos y reconocía a quien le había enseñado algo.
Ilustración de Eleanor de la "mariposa leopardo", una de las plagas más importantes de manzanos y perales del Mediterráneo, que afecta también al olivo a veces. |
Formaba ya parte desde su nacimiento de una tradición naturalista. Nació el 11 de mayo de 1828 en Sedbury (Reino Unido), hija de una "atenea" ilustradora botánica y de un anticuario. En la finca rural propiedad de su familia se interesó desde pequeña por la vida de las diminutas criaturas. Observaba y experimentaba.
Estudió agricultura y se convirtió muy pronto en una autoridad reconocida en plagas de artrópodos. En 1868 obtuvo una medalla por su sobresaliente contribución a la Real Sociedad de Horticultura. En 1877 publicó su "Observación de insectos perjudiciales" que distribuyó gratuitamente entre las personas interesadas.
Su informe tuvo tal acogida que dio lugar a una serie anual en que regalaba recomendaciones de valor práctico a agricultores y ganaderos. Por ejemplo, su informe sobre los reznos (Oestrus ovis), una mosca parásita cuyas larvas perforan la piel del ganado, incluía directrices que aliviaron su sufrimiento y salvaron la vida de muchas reses en Inglaterra.
Como Marya Sybilla Merian, Eleanor ilustraba sus textos para ayudar a los agricultores, jardineros y ganaderos a identificar a los insectos perjudiciales. Describía tanto la apariencia de estos animales como los efectos que provocaban en las plantas o animales que infectaban.
Con todo merecimiento, fue nombrada Consultora entomóloga de la Real Sociedad de Agricultura. Impartió conferencias y su trabajo alcanzó influencia internacional, siendo galardonada por instituciones de todo el mundo.
Pronto, sus manuales se convirtieron en clásicos. Fue la primera mujer que obtuvo un doctorado honoris causa por la Universidad de Edimburgo. Murió el 19 de julio de 1901 en St. Albans, Hetgordchire, donde vivía con su hermana.
Muchísimas gracias por descubrirnos esta figura científica que no es muy conocida fuera del ámbito de la Entomología. Me encanta su apostolado práctico. Vd. lo señala muy adecuadamente. Estas científicas querían que su saber aprovechase a quienes más lo necesitaban. Bien por Eleonor y por Sybilla.
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