Wulf and Eadwacer es un antiguo poema anglosajón conocido por su difícil interpretación. Sólo se han conservado diecinueve versos que se encuentran en el libro de Exeter, una famosa antología de poesía anglosajona que se escribió en el siglo X. Se cree que las obras que recopila fueron escritas entre los siglos VIII y X en las regiones centrales y del norte de Inglaterra. A pesar de su brevedad, este poema se considera una de las obras más difíciles de traducir correctamente. De hecho, es la única obra del libro de Exeter que los expertos en la traducción del inglés antiguo al inglés moderno no han podido traducir por completo. Benjamin Thorpe (1782-1870), erudito en el idioma anglosajón y de la mitología nórdica en inglés, admitió que era incapaz de comprender totalmente su significado y, por ello, se le ha calificado como un enigma.
Poema original |
Estudios posteriores intentaron hallar las raíces de “Wulf and Eadwacer”. Algunos investigadores han deducido que esta pequeña elegía podría ser un fragmento de un poema más largo, probablemente del cuento de “Wulfdietrich” o del “Hildebrandslied”, obras fundamentales de la literatura germánica medieval. Sin embargo, algunos filólogos e historiadores piensan que podría tratarse de un monólogo lírico completo mucho más antiguo, independiente de otras obras literarias y que podría haber sido escrito en la Inglaterra anglosajona precristiana.
“Wulf and Eadwacer” a menudo es comparado con otro poema anónimo del Libro de Exeter llamado “The Wife’s Lament”, una elegía con la misma temática que fue escrita probablemente entre los siglos VI-VII. Al igual que “Wulf and Eadwacer”, la originalidad de este poema estriba en que la voz poética es femenina. No se sabe si fue una mujer quien lo escribió. De ser así, es destacable porque supondría que en la época anglosajona había mujeres que tenían en algunos casos acceso a la cultura. Si por el contrario, estos poemas hubieran sido escritos por un hombre, pero con un “yo poético” femenino ficticio, sería igualmente remarcable por la empatía y la capacidad de impersonación que demuestra el escritor. Se ha llegado incluso a pensar que podrían haber sido compuestos por la misma persona.
Contexto histórico y lingüístico
Tras la retirada de las regiones romanas de Britania en el año 449, las islas fueron invadidas y colonizadas por las tribus germánicas, siendo los principales pueblos los jutos, los anglos y los sajones. Los jutos provenían de la isla de Jutlandia, en la actual Dinamarca mientras que los anglos y los sajones procedían de Alemania (los anglos de Schleswig-Holstein y los sajones de la Baja Sajonia, en el noroeste del país). La tradicional división de estas tribus proviene de la obra de Beda, “Historia eclesiástica”, completada en el año 731 y de la Crónica anglosajona, que recoge la información de la tradición oral.
En Inglaterra, la lengua anglosajona sustituyó a la lengua celta. El anglosajón, también conocido como inglés antiguo, pertenece a la familia de las lenguas germánicas occidentales, concretamente a la rama anglo-frisia. Es por ello que cuando leemos textos escritos en esta lengua le encontramos un mayor parecido con el alemán o con las lenguas escandinavas que con el inglés actual, influenciado de manera notoria por el francés tras la Conquista Normanda del siglo XI. Pondremos un ejemplo para que se entienda con mayor claridad:
Inglés antiguo
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Alemán
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Inglés
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gente = Leod
preguntar = fregnan
prisionero = Haftling
pobre = earm
tomar = niman
otoño = Haerfest
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gente = Leute
preguntar = fragen
prisionero = Häftling
pobre = arm
tomar = nehmen
otoño = Herbst
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gente = people
preguntar = question
prisionero = prisoner
pobre = poor
tomar = take
otoño = autumn
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Además del vocabulario, la sintaxis del inglés antiguo es muy similar a la del alemán moderno. Ambos idiomas forman parte del grupo de las lenguas sintéticas, es decir son lenguas basadas en un sistema de declinación, en el que los morfemas que se añaden a las palabras indican las funciones de éstas dentro de la oración; mientras que el inglés moderno es una lengua analítica, expresando las relaciones sintácticas y gramaticales mediante artículos, preposiciones y verbos auxiliares. Por esa razón, cuando leemos poemas en inglés antiguo, es imprescindible estudiar las declinaciones.
El anglosajón no era una lengua homogénea. Existían diferencias en el vocabulario y la pronunciación entre una localidad y otra. Los dialectos principales eran el dialecto de Norte Umbría, el de Kent, el mercio y el sajón occidental. Del único que encontramos una colección de textos escritos es de este último. El sajón occidental era considerado la lengua de la literatura. Es por ello que todas las obras en inglés antiguo que conocemos están escritas en este dialecto.
Los anglosajones, además de una lengua y una cultura diferentes, trajeron consigo su propia religión, basada en el culto a los antiguos dioses germánicos, siendo el dios principal Woden/Wotan, el equivalente escandinavo Odín. La evangelización y la conversión de los reinos anglosajones comenzaron a finales del siglo VI. Sobre esta época se piensa que se escribió “The Wife’s Lament” ya que la desesperación y la tristeza que transmite la voz poética no están compensadas por el mensaje de esperanza típico de la predicación cristiana.
Libro de Exeter |
La crítica histórica se limita al estudio del libro de Exeter, a falta de otras fuentes históricas de la época. Los historiadores comparan las diversas obras que contiene el libro para intentar contextualizarlas. A pesar de que esta antología poética ha pertenecido a la catedral de Exeter la mayor parte de su existencia, no todos los poemas que se encuentran en su interior tienen una temática cristiana., como es el caso de “Wulf and Eadwacer”, descrito siempre como un poema secular. La ausencia de los temas cristianos refuerzan la teoría de que esta elegía y “The Wife’s Lament” fueran escritas por el mismo autor.
Temática de “Wulf and Eadwacer”
Ha habido múltiples interpretaciones acerca del significado del poema. La crítica más convencional sugiere que es una historia de amor imposible entre dos amantes separados por las rivalidades entre sus clanes. Sin embargo, esta triste historia de amor tiene diferentes interpretaciones. La más convencional es que Eadwacer es el captor de la mujer, otras, sin embargo, lo muestran como su marido o como su padre. Independientemente del papel de Eadwacer, en todas las versiones la separación es mantenida bajo amenazas violentas del propio pueblo o clan. La narradora, llorando de pena por estar lejos de Wulf, encuentra algo de consuelo cuando éste puede visitarla. No obstante es un consuelo agridulce porque las visitas son breves y esporádicas. Bajo este enfoque se piensa que el autor podría ser una mujer. Por otro lado, esta elegía ha sido interpretada como una metáfora entre la relación de la parte salvaje del ser humano y la parte racional. Desde este punto de vista, Wulf podría representar la parte salvaje del ser humano que la sociedad quiere que reprimamos.
Dolores Frese, especialista en literatura medieval, argumenta que la angustia de la voz poética no es la de una mujer separada de su amante, sino la de una madre a la que han apartado de su hijo. Esta teoría es la menos respaldada por la crítica literaria.
Poema traducido al español
Él es para mi gente como si alguien les trajera un sacrificio;
desean matarlo, si él viene como una amenaza.
Es deferente a nosotros.
Wulf está en una isla, yo estoy en otra.
Esta isla rodeada por pantanos, es segura.
Existen sobre esa isla hombres sedientos de sangre;
ellos quieren matarlo, si él viene como una amenaza.
Es diferente a nosotros.
Vagan mis pensamientos tras mi Wulf con esperanzas lejanas,
siempre cuando caía la lluvia y me sentaba a llorar tristemente,
cuando el valiente guerrero de batallas me tomaba en sus brazos,
para mí había placer en eso, pero también era doloroso.
Wulf, mi Wulf, sus esperanzas por ti me han causado enfermedad,
tus pocas visitas, ha hecho mi espíritu pesaroso, no del todo hambriento.
¿Has escuchado, Eadwacer?
Un lobo lleva a nuestro vergonzoso cachorro a los bosques.
El hombre fácilmente puede separar
lo que nunca ha estado unido,
pero nuestro canto está unido.
Wulf and Eadwacer y el papel de la mujer anglosajona en la sociedad
La crítica literaria moderna comenta el aparente maltrato o la exclusión de la mujer en la sociedad anglosajona. En la actualidad, el tema de los roles y estereotipos de género es constantemente debatido, especialmente en lo que respecta a las relaciones de poder y la mujer. Como la mayoría de la poesía anglosajona fue escrita por hombres, conocidos como scops, los críticos piensan que la mujer no tenía importancia en la Inglaterra anglosajona, ya que sus experiencias y sus versiones de los hechos fueron ignoradas o silenciadas. Sin embargo, analizando en mayor profundidad los poemas anglosajones como “Beowulf” y “Wulf and Eadwacer” observamos que la mujer era fundamental para mantener la paz y la estabilidad entre los diferentes reinos.
Los roles que desempeñaba la mujer anglosajona dependían de su estatus social dentro de su comunidad o clan. Como en la mayoría de las culturas del mundo, su papel principal era el de madre, esposa y cuidadora del hogar.
La mujer anglosajona no solo tenía la posibilidad de elegir a su marido libremente sino que también tenía derecho a poseer tierras y otros bienes. Por ello, algunos hombres obsequiaban a la mujer con la que deseaban casarse con tierras y propiedades. Este regalo se conocía como Morgengifu (regalo de la mañana), y servía como medio para persuadirle a aceptar la propuesta de matrimonio. Salvo los esclavos, las parejas tenían el mismo derecho a la propiedad, así que marido y mujer compartían todas sus pertenencias y, en el caso de ser miembros de la aristocracia, repartían las riquezas de manera igualitaria.
pero nuestro canto está unido.
Wulf and Eadwacer y el papel de la mujer anglosajona en la sociedad
La crítica literaria moderna comenta el aparente maltrato o la exclusión de la mujer en la sociedad anglosajona. En la actualidad, el tema de los roles y estereotipos de género es constantemente debatido, especialmente en lo que respecta a las relaciones de poder y la mujer. Como la mayoría de la poesía anglosajona fue escrita por hombres, conocidos como scops, los críticos piensan que la mujer no tenía importancia en la Inglaterra anglosajona, ya que sus experiencias y sus versiones de los hechos fueron ignoradas o silenciadas. Sin embargo, analizando en mayor profundidad los poemas anglosajones como “Beowulf” y “Wulf and Eadwacer” observamos que la mujer era fundamental para mantener la paz y la estabilidad entre los diferentes reinos.
Los roles que desempeñaba la mujer anglosajona dependían de su estatus social dentro de su comunidad o clan. Como en la mayoría de las culturas del mundo, su papel principal era el de madre, esposa y cuidadora del hogar.
La mujer anglosajona no solo tenía la posibilidad de elegir a su marido libremente sino que también tenía derecho a poseer tierras y otros bienes. Por ello, algunos hombres obsequiaban a la mujer con la que deseaban casarse con tierras y propiedades. Este regalo se conocía como Morgengifu (regalo de la mañana), y servía como medio para persuadirle a aceptar la propuesta de matrimonio. Salvo los esclavos, las parejas tenían el mismo derecho a la propiedad, así que marido y mujer compartían todas sus pertenencias y, en el caso de ser miembros de la aristocracia, repartían las riquezas de manera igualitaria.
En la sociedad anglosajona también existían los matrimonios concertados. En algunas ocasiones, los matrimonios eran organizados para mantener la paz entre dos clanes, pero aun así la mujer tenía la opción de rechazar la propuesta. La mujer que decidía acceder a este compromiso se conocía como “peace weaver” o “tejedora de paz”. Las tejedoras de paz se casaban con un hombre que pertenecía a una tribu enemiga para sellar la paz. Según Helwig, a través del nacimiento, la mujer teje la paz, una vez que su sangre había sido mezclada con la de otra tribu.
Los matrimonios concertados no siempre eran exitosos y, por ello, la pareja podía divorciarse. En la Inglaterra anglosajona, la mujer podía quedarse con los bienes y permanecer con sus hijos. Incluso podía abandonar el hogar junto a ellos. Por ejemplo, en el conocido poema épico “Beowulf”, una princesa danesa llamada Hildeburh decide actuar como tejedora de paz, casándose con Finn de Frisia, señor de los fineses. Tras la muerte en batalla de su esposo y el asesinato de familiares de ambas partes, abandona la tierra de su marido y regresa a su hogar junto a los suyos. El personaje femenino de “Wulf and Eadwacer” podría tratarse también de una tejedora de paz, quien se lamenta por haber sido separada del hombre del que estaba enamorada tras haber dejado atrás su tierra natal para casarse con Eadwacer, al que es incapaz de amar. En la sociedad anglosajona, la tejedora de paz era considerada una especie de heroína, capaz de sacrificar su felicidad por el bien de su pueblo.
Sin embargo, la crítica actual está lejos de halagar el rol de estas mujeres. Helen Damico las comparó con las valkirias, las divinidades femeninas encargadas de elegir a los más heroicos de aquellos caídos en combate y llevarlos al Valhalla, donde los convertirían en einherjer, espíritus guerreros que combaten contra las fuerzas del mal. Una vez allí, las valkirias los cuidaban, curaban sus heridas, los deleitaban con su belleza y les servían hidromiel. Las tejedoras de paz eran destinadas a una vida de subordinación a su marido y a su reino. Jane Chance en su obra “Woman as a Hero in Old English Literature” muestra a la tejedora de paz como una mujer condenada a un matrimonio fallido, lleno de desdicha. Según Chance, tanto las protagonistas de “The Wife’s Lament” y “Wulf and Eadwacer” podrían tratarse de mujeres adúlteras y, en el caso de la última, su relación podría haber sido descubierta.
La poca información que ha llegado a nuestros días sobre la vida de aquellas mujeres ha sido a través de la representación de los personajes femeninos en la literatura. “Wulf and Eadwacer” podría ser uno de los pocos testimonios de una de las tantas tejedoras de paz que hubo en la Inglaterra anglosajona.
BIBLIOGRAFIA:
Libros:
Albert C.Bauch, Thomas Cable: “A History of the English Language”
Richard Hogg: “An Introduction to Old English”
Jane Chance: “Woman as a Hero in Old English Literature”
María del Carmen Guarddon Anelo: “Diachrony and Typology of the English Language through the Texts”
Ángeles de la Concha Muñoz, Marta Cerezo Moreno: “Ejes de la literatura medieval y renacentista”
Artículos:
Petra Procházková: “Female Characters in Beowulf”
Anthea Rebecca Andrade: “The Anglo Saxon Peace Weaving Warrior”
Stephanie Singh: “The Importance of Women in Anglo-Saxon Society as Portrayed through Literature”
Un artúculo muy interesante sobre mujer y literatura, y el papel de la mujer como moneda de intercambio entre clanes, esa "tejedora de la paz". Ese papel de la mujer como moneda de cambio fue expuesto por Levi Strauss en la Antropología. Pero lo que me resulta más curiosos es la metáfora de "tejedora", que tanto se repite en la literatura, desde Penélope a Lady of Shalott, dos mujeres que aparecen en la oficina de la compañía belga que comanda a Marlow su viaje al Congo, o Grace Ansley en "Roman Fever", por citar solo unas pocas.
ResponderEliminarEnhorabuena por la entrada, como siempre, tan rica en información como bien estructurada.
Pues muy bien para la autora y muy bien para la glosadora. A mí también me encanta ese concepto de tejedoras de la paz, y también quiero mencionar algún caso más de asociaciones mujer y tejido. El hilo de Ariadna, que salva a Teseo de perderse en el laberinto. Las Parcas eran tejedoras y cortaban el hilo de la vida. Las brujas calceteras de Dickens en Historia de dos ciudades resultan fundamentales en la trama. Acordaos también del patchwork en Triffles. Chicas, ya tenemos tema para otra entrada polifónica.
ResponderEliminarA ver, suma y sigue: En Mrs Dalloway de Virginia Woolf Clarissa está cosiendo cuando llega su expretendiente Peter Walsh, y ella utiliza las tijeras como arma defensiva metafórica contra la navajita de bolsillo con las que juega constamtemente el visitante. Y en el relato Roman Fever de Edith Wharton las dos damas americanas comen en un restaurante, después se sientan en una terraza y la pasiva-agresiva Grace Ansley, ni corta ni perezosa, se saca la costura del bolso.
ResponderEliminarMuchas gracias a las dos. Como siempre, aprendo mucho con vosotras. Con lo que habéis explicado tenemos tema para otra entrada.
ResponderEliminarPues anda que la grandísima Isabelle Huppert tejiendo y envenenando por igual en "Gracias por el chocolate" (peliculón)…
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