Julia
Margaret Pattle nació en Calcuta el 11 de junio de 1815. Su padre era un
oficial británico de la Compañía de las Indias Orientales Su madre, Adeline de
L´ Etang, era hija de un guardia de corps de Luís XVI, del que se dice que fue
amante de María Antonieta. En la aristocrática familia de Julia, llena de
grandes bellezas, ella era la excepción. Pero, a cambio, como escribió su
sobrina nieta Virginia Woolf, estaba dotada de un inmenso talento.
Virginia Woolf, que guardaba un extraordinario parecido con su madre, la modelo favorita de Julia. (Esta foto no fue realizada por Margaret) |
Cuando
el esposo se jubiló en 1848, se instalaron en Inglaterra. La hermana de Julia,
Sarah Prinsep, había organizado en Little Holland House, su mansión situada en
Kensington, un salón muy frecuentado por famosos artistas e intelectuales de la
época, que compartían el anhelo por una belleza idealizada: los poetas Alfred
Tennyson y Robert Browning, los pintores John Everett Millais, Dante Gabriel
Rosseti, Edward Burnet-Jones, G.F.Watts…
Proserpina, de Dante Gabriel Rossetti |
De este cenáculo nacería, el mismo año
de 1848, la Hermandad de los Pre-Rafaelitas, enamorados del estilo pictórico de
Fra Angelico y la pintura previa a Rafael Sanzio. Tomaban como inspiración el
Trecento y el Quatrocento, y los episodios de la historia medieval y la mitología
grecolatina. Julia también estaba imbuída de este ideario estético, que luego
plasmaría en sus fotografías, ”combinando la realidad con la poesía y la
belleza ideal”.
Dimbola Lodge |
En
1860 los Cameron se instalaron en la isla de Whigt, en una mansión que llamaron
Dimbola Lodge, como su casa en India. Allí tenían como vecino al célebre poeta
Tennyson. Apartada de aquella intensa vida intelectual de Londres, Julia se
sintió deprimida. Providencialmente, en 1863 su hija tuvo la ocurrencia de
regalarle una cámara fotográfica. Pero lo que podía no haber sido más que un lujo
caprichoso para clases pudientes, se convirtió en la vía para la realización del
genio creador de Julia, que hasta entonces había permanecido solo latente. En
su enorme afán por aprender el manejo de la cámara, pagaba a un campesino para
que posara pacientemente ante el objetivo.
My First Success |
Sus incansables esfuerzos se vieron
por fin recompensados en una foto a la que llamó My first success. Había encontrado la pasión de su vida y, enardecida
con la ilusión, transformó la carbonera de la casa en un cuarto oscuro, y el
gallinero en su estudio. Aquel furor fotográfico la arrebató hasta tal punto
que descuidó el vestido y el aseo, y se encerró como una ermitaña en
interminables sesiones de trabajo. Tan excelentes fueron sus resultados que, al
cabo de un año, ya era miembro de la Sociedad Fotográfica de Londres y Escocia
y, en 1866, consiguió una medalla de oro en Berlín.
En 1868
fue contratada por Charles Darwin para realizar la célebre serie de fotografías
con las que todos lo conocemos. De hecho, hoy podemos descubrir el rostro de
muchas de las grandes celebridades victorianas gracias al afán de Julia por
capturar sus imágenes: el explorador Richard Burton, el astrónomo Herschell, el
historiador Thomas Carlyle, la bellísima actriz Ellen Terry…
Ellen Terry con 16 años |
Del retrato
masculino le interesaba reflejar la personalidad e inteligencia del modelo. Es
patente en sus primeros planos la influencia de la frenología, una ciencia muy
en boga por aquel entonces que pretendía asociar los rasgos mentales a la forma
del cráneo.
En cambio, a las mujeres las plasmaba con un aspecto romántico, con
vestidos amplios, el pelo largo y suelto y aspecto melancólico, que expresa
tristeza o introspección.
Ophelia |
Son maravillosas sus alegorías literarias y bíblicas,
y encantadora su colección de fotos de niños y querubines con alas de ganso,
que en la mentalidad victoriana simbolizaban la pureza inocente.
Tennyson
invitaba a la isla de Whight a muchas personas para que contemplasen las
creaciones de Julia, y llegó organizarse en Dimbola Lodge, que hoy es su casa
museo, un animado círculo literario.
Marianne North pintando en Ceilán |
En
1875, después una corta pero intensa carrera artística, la familia se mudó de
nuevo a Ceylán, donde a Julia le fue imposible continuar con su pasión. Allí no
podía encontrar los productos químicos y el agua pura que necesitaba para
revelar e imprimir sus fotos. Tampoco estaba ya rodeada de su brillante círculo
de amigos y su bullir de grandes ideas con las que la autora había nutrido su
imaginación creadora, ni disponía de un mercado para distribuir sus trabajos.
Por eso, apenas se conservan obras suyas realizadas en India. Yo destacaría
esta magnífica serie de fotografías que realizó a la pintora botánica Marianne
North (para conocer a esta interesantísima figura y su relación con Julia
Margaret Cameron, podéis consultar el enlace http://mujeresparalahistoria.blogspot.com.es/2013/07/marianne-north-el-mundo-es-un-inmenso.html
Julia Margaret Cameron |
Julia
murió en 1879, cuando tenía 63 años. En su época, su obra no gozo de gran
reconocimiento. Como la exposición de las placas requería un tiempo tan
prolongado, sus modelos acababan moviéndose. Ello producía lo que se ha llamado
el efecto flou: las figuras parecen
un poco borrosas y sus contornos desdibujados, lo que para sus contemporáneos
era un defecto de técnica pero que, en la estética actual, vemos como una
manera idónea para realzar el aire suave y poético de sus composiciones, lo que
le imprime su sello más personal. Sabemos que no se trataba del defecto de
ejecución del que se burlaban sus coetáneos, apegados a las convenciones
fotográficas y poco dados a las innovaciones experimentales. Antes bien, la
artista, deseosa de salirse de los caminos trazados, aprendió a desenfocar ligeramente
la lente para imprimir a sus imágenes su decidida voluntad de estilo, contrario
a las líneas definidas y muy adelantado a su época. De hecho, sólo llegó a ser
reivindicada después por Stieglitz y los fotógrafos del pictorialismo, que la vieron como su precursora, así como
por los miembros del grupo de Bloomsbury, al que pertenecía Virginia Woolf. Su
obra se difundió más ampliamente a partir de 1948, a raíz del libro que le
dedicó Helmut Gernsheim.
Después
de pasar por Barcelona, CaixaForum mostró en Madrid, en 2013, la magnífica exposición
Seducidos por el arte. Pasado y presente
de la fotografía, que correlacionaba pintura y fotografía. Muy merecidamente
figuraban en la selección algunas fotografías de Julia Margaret Cameron. Así, Luz y Amor de 1865 dialoga con la Virgen de la Cesta de Correggio, de 1524.
La Virgen de la Cesta de Correggio |
Luz y amor |
Estamos de enhorabuena porque Mapfre exhibe en Madrid, hasta el 15 de mayo, unas 100 fotografías de la artista en una exposición organizada por el Victoria and Albert Museum.
NO DEJÉIS
DE VER EL ESTUPENDO MONTAJE DE IMAGEN Y SONIDO QUE HA REALIZADO UN JOVEN
ARTISTA, PEDRO LOSADA, PARA ILUSTRAR EL INCOMPARABLE ARTE DE JULIA MARGARET
CAMERON. AQUÍ TENÉIS EL ACCESO
http://www.youtube.com/watch?v=f6tMG1rwEj4
http://www.youtube.com/watch?v=f6tMG1rwEj4
Felicidades por la entrada. La belleza de estas imágenes es incomparable, y hace pensar en los caminos permeables entre la fotografía y la pintura a finales del s. XIX. Sin embargo, los trabajos de Cameron tienen una fuerza propia.
ResponderEliminarDebe de haber un error. Virginia Woolf nació en 1882 y Julia Margaret Cameron murió en 1879.. Difícilmente podría haber sido su modelo, me temo. Saludos
ResponderEliminarNo se dice que Virginia Woolf fuera su modelo, sino que su madre, Julia Prinsep Jackson, fue la modelo favorita de la artista, y que Virginia tenía gran parecido con su progenitora. La foto de Virginia que aparece arriba no es de Margaret, su tía abuela. En cambio, sí hay varias fotos de Julia Prinsep. Gracias por leer y comentar.
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